Jazmín Gómez
A partir de la presencia de helicópteros monitoreado por una empresa minera canadiense en territorio mixteco, en el año 2005, ha iniciado una batalla por parte de comunidades de Santiago Yosondúa para defender su territorio de un supuesto conflicto agrario con la población de Santa María Yolotepec.
Grimoaldo Sánchez García, representante de Bienes Comunales de Chikava, afirmó que fue hace dos años cuando les solicitaron presentarse ante la junta de conciliación agraria y demostrar que les pertenecen mil 96 hectáreas de tierra que desde hace más de cien años vienen trabajando y que estaba reclamando la comunidad de Santa María Yolotepec.
Explicó que nunca antes se les había hablado de ese conflicto, y aunque el Tribunal Agrario revolvió que el conflicto tenía muchos años y en un inicio que las tierras eran de Yolotepec, sin embargo, por la vía legal comenzaron a presentar las pruebas que les solicitaron, incluidas un estudio topográfico, pruebas de antropología, de inspección judicial y testimonial.
Manifestó que en recientes fechas un juez de distrito resolvió que las tierras les pertenecen luego de solicitar la intervención del Poder Judicial Federal bajo los juicios de amparo 1547/2014 y 1526/2014.
“En nuestra petición, señalamos con claridad que somos mixtecos, herederos de nuestros ancestros mixtecos que vinieron antes del establecimiento de nuestro país y que como tales, no nos importa quién era o es dueño de la tierra, tampoco nos importa ser declarados propietarios, nos interesa y para nosotros es vital la posesiones de nuestras tierras, el uso y disfrute cotidiano para obtener nuestro sustento”, argumentó.
Expresó que tienen conocimiento que esto surge a partir del 2005 cuando se detectó que en Chicava, al igual que en Buena Vista fueron detectadas riquezas mineras, razón por la cual se unieron a esa segunda comunidad Mixteca a quienes pretenden despojar de 662 hectáreas de tierra.
Abundó que despojarles de sus tierras afectaría a más de 200 comuneros y 90 viviendas, quienes no están dispuestos a ceder lo que fue de sus padres, abuelos y ancestros porque en ese espacio trabajaron para poder vivir.
Tampoco estarán dispuestos, puntualizó, a permitir que una empresa extranjera quiera explotar sus recursos naturales, de lo cual está comprobado trae daños a la salud y divisionismo entre comunidades hermanas.