Este 14 de septiembre se conmemora el 203 aniversario de los “Sentimientos de la Nación”, un emblemático documento donde el “Siervo de la Nación” José María Morelos sintetiza significativamente las aspiraciones independentistas y el proyecto político ideológico por el que lucharon y dieron su vida los héroes de nuestra patria, entre ellos notables y distinguidos oaxaqueños.
Los “Sentimientos de la Nación” son un eslabón fundamental y referencia sustancial en la génesis de la primer Constitución Política Mexicana que estableció entre otros temas de gran relevancia, nuestra independencia de España, el rechazo a la monarquía, así como las bases de un gobierno representativo, con división de poderes hasta hoy vigentes.
Abordo la referencia histórica de este documento, porque a propósito de estos días donde el espíritu patrio se asoma, bien podría servir a los actuales legisladores locales oaxaqueños una fuente de inspiración para su labor, particularmente a aquellos que se supone son contraparte del PRI, pudiera serles útil una repasada a este notable documento e ilustrarse para comprender la dimensión histórica de ser legislador y por ende la responsabilidad que conlleva este cargo, una de ellas fundamental, la de salvaguardar la división de poderes, esa que tanto costó conseguir y se debe defender a ultranza, la misma que en 1814 por primera vez limitó las facultades de legislar e impartir justicia a un solo hombre, al Rey patrimonialista del poder.
Señalo lo anterior porque es del conocimiento público que en los próximos días la legislatura local aprobará vía fast track, nuevas contrarreformas en beneficio del próximo gobierno priista de Alejandro Murat, quien con el colaboracionismo de varios de los actuales diputados y del Ejecutivo en turno (caso inédito en la política oaxaqueña) monta el andamiaje jurídico de lo que será su gobierno, un gobierno con máscara de milagro oaxaqueño, pero con rostro verdadero de autoritarismo. Si, autoritarismo, porque todas estas reformas en puerta están encaminadas a la restauración del régimen priista antidemocrático, reformas malsanas que afectarán notablemente el desarrollo político-democrático de Oaxaca, mermando la división de poderes y tirando por la borda los mínimos avances logrados en el devenir histórico de la lucha democrática de la sociedad civil, de las organizaciones sociales, sindicales, de los partidos políticos, avances que todos impulsamos durante décadas, inclusive en causa común con hombres y mujeres progresistas hoy integrantes de la LXII legislatura.
A ellos, hago un llamado, particularmente a muchos amigos y amigas legisladores demócratas, promotores del cambio, apelo a su conciencia, a la reflexión, más aún a su sentimiento por la nación y compromiso con Oaxaca que juraron al tomar protesta, no pueden aprobar estas reformas, no deben ser cómplices de la regresión autoritaria, Oaxaca merece democracia y no regresión.
Hago un llamado también, a mis compañeros legisladores electos de los partidos de oposición, los invito a que constituyamos un gran polo democrático desde el Congreso Local y en todas las esferas de la vida pública y política, para defender puntualmente los avances mínimos de la democracia e impulsar en una agenda común reformas progresistas. Debemos articularnos para rechazar y revertir con medidas políticas, legislativas y jurídicas la restauración del régimen autoritario que Oaxaca ya no merece.
En Oaxaca queremos más democracia, respeto a los derechos humanos, libertad de prensa, transparencia, no queremos el autoritarismo de vuelta.
Compañeros legisladores de MORENA, PRD, PAN, PT, PUP, defendamos la pluralidad política de Oaxaca. Es deber unirnos en torno a una agenda común por la democracia.
Hagámoslo. ¡Porque Oaxaca es primero!
Jesús Romero López.
Diputado electo