Jazmín GÓMEZ
Con una altura de 5.70 metros y un peso superior a las 3.4 toneladas, la escultura del oaxaqueño Alberto Aragón titulada “El Pescador” que se encuentra expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), fue pensada en la gente de provincia que migra a las grandes ciudades y aporta lo propio para la construcción de la misma.
El artista comenta que esa gente de provincia, de las diferentes comunidades aporta mano de obra, su fuerza y gran parte de lo que es, en la construcción de una ciudad, de un estado y un país.
La obra, menciona, puede ser interpretada desde puntos de vista individuales, como en el caso del pez que forma parte de la escultura y que de alguna manera en el subconsciente remite al mar, a lo que está oculto, grandes especies, grandes revelaciones.
La elaboración de la escultura llevó tres meses y medio, en ella colaboraron cerca de 30 personas en distintos momentos, personas maestras en su oficio, como lo son el maestro Isaías Muñoz, experto en el manejo de la fibra de vidrio y el maestro Hugo Hernández, experto en herrería, con quien se elaboró la parte de la herradura.
“Lo que me gusta es que diferentes tipos de público pueden disfrutar de la obra, puede ser desde aquel público que está informado, que sabe de arte y conoce la técnica de elaboración, hasta aquellas personas que no están tan informadas pero que disfrutan de la forma humana de la escultura”, destacó Alberto Aragón.
Para el artista originario de Oaxaca de Juárez, el ser humano tiene características particulares que coinciden independientemente del lugar de donde se provenga, de las raíces, de su historia, características universales que merecen ser resaltadas y abordadas en el arte.