Con mucho más poder que un diputado e incluso se ostenta por encima del órgano de gobierno que es la Junta de Coordinación Política de la LXIII Legislatura del Estado, Igmar Medina Matus, el Oficial Mayor, mantiene en jaque al Poder Legislativo en materia administrativa y legislativa, esta última sin ser su facultad.
A los imberbes diputados y diputadas les va a estallar otro problema, gracias a la ignorancia y “valemadrismo” del Oficial Mayor, porque venció el plazo el pasado 23 de junio para la entrega del POA 2018 (Programa Operativo Anual) y ni siquiera se ha dignado a solicitar una prórroga, por lo menos de un mes, a la Secretaría de Finanzas para la elaboración del documento.
Es decir, el Congreso del Estado también está en riesgo de quedarse sin presupuestar sus gastos y plan de trabajo a desarrollar, como lo hizo el gobernador Alejandro Murat Hinojosa al presentar el Plan Estatal de Desarrollo y el Poder Judicial, puesto que los tres poderes están obligados por ley a elaborarlo para su revisión y se pueda desarrollar y aprobar la distribución equitativa del presupuesto.
Solo que a “Igmarcito” le valió y ahora anda desesperado buscando quien le ayude para salir del atolladero en que ya metió al Poder Legislativo.
Es una “joyita”.
Como verán estimadas y estimados ciberlectores no solo es el caso de la multa a los 42 representantes populares por una omisión gravísima de Igmar Medina Matus, sino también lo del POA 2018.
¡Qué desgracia!…no dan una en el Congreso local.
Aunado a estos problemas, el súper Oficial Mayor, que ostenta un salario de secretario de estado, está por encima de la JUCOPO, máximo órgano de gobierno en la LXIII Legislatura, porque aún cuando la Junta de Coordinación Política acordó concentrar a los “trabajadores aviadores”, Medina Matus es el que más empleados y empleadas tiene en esta modalidad.
El acuerdo se dictaminó con el fin de detectar las comisiones falsas y muchas de las autorizadas por Igmar Medina Matus desde la legislatura anterior, la LXII, también para optimizar los recursos tanto humanos como financieros, lo que el mismísimo Oficial Mayor se ha pasado por alto el citado acuerdo y a diestra y siniestra vuelve a autorizar eximios de checar tarjeta de asistencia laboral.
También hay una dualidad de funciones en el Congreso del Estado, porque por una parte “atiende” o más bien obstruye y complica el quehacer cotidiano de las y los legisladores, al atrasar y esconder los acuerdos, así como la orden del día, misma que desconocen los imberbes representantes populares minutos antes de asistir a las sesiones.
¿Con qué objeto lo hace “Igmarcito”?
Pues para tener protagonismo en el desarrollo de todas y cada una de las sesiones, y tratar de aparentar ser factor de solución a los conflictos que se derivan de la falta de conocimiento de los acuerdos y pronunciamientos de los representantes de los partidos políticos.
Otra función del súper Oficial Mayor es la administrativa, en la que se supone debería atender los asuntos inherentes al quehacer diario del H. Congreso, esto es, se supone que su responsabilidad es atender las necesidades en materia de recursos humanos, recursos materiales y servicios generales entre otras áreas, tan solo por citar algunas, pero no lo hace y mete las narices donde no tiene facultades.
Medina Matus también dio contratos confianza a mucha gente, cuyos empleados, comentan en el Congreso del Estado, están asignados o “comisionados” a la directora del Cecyte, María Luisa Matus Fuentes, sin presentarse físicamente a trabajar a la Cámara de Diputados en San Raymundo Jalpan, les exentó las tarjetas de entrada y salida de la sede laboral.
Lo que es inadmisible es cómo un presidente de la Jucopo como Irineo Molina Espinosa, y los coordinadores parlamentarios María de las Nieves García Fernández del PRI; Carol Antonio Altamirano del PRD y Juan Mendoza Reyes del PAN, le permiten semejantes atribuciones al súper Oficial Mayor, es increíble.
Los coordinadores parlamentarios han mostrado “tibieza”, falta de carácter y omisión en el caso de Medina Matus, al permitirle tomarse tantas atribuciones sin contar con las facultades para ello, se ha excedido en sus funciones, y eso le ha hecho mucho daño al Poder Legislativo.
Es tiempo de que tomen una determinación, o bien le marcan un alto, o de plano lo sustituyen, porque al paso que van, va a meter en jaque hasta al propio gobernador Alejandro Murat Hinojosa con las iniciativas que envía al Congreso, hasta pareciera que le juega las contras.
Aquí van algunos de los puntos en los que mete las narices “Igmarcito”:
-Oficialía Mayor es un ente administrativo, no de apoyo parlamentario
-El oficial mayor busca a toda costa que esté plasmado su nombre en la redacción de actas, oficios y reuniones.
-En varias ocasiones ha hecho que el presidente de la mesa directiva, Samuel Gurrión Matías se equivoque en la conducción de las sesiones.
-Busca la foto en todos los eventos y el protagonismo aún a costa de los propios diputados y diputadas.
-En varias ocasiones la sesión ha iniciado tarde en razón de que no están preparados los guiones.
-No tiene porqué preparar el orden del día, eso es facultad de la JUCOPO quien la envía a mesa directiva para su publicación.
-No entrega el orden del día a las y los diputados con antelación, sino minutos antes de que inicie la sesión y eso origina molestia de los representantes populares.
-No se conocen cómo están los temas de transparencia en el Congreso. Tiene a su cargo la Dirección de Transparencia, pero no se sabe nada de la misma.
-No da cuenta de las licitaciones, estado de los recursos y bienes del Congreso, de los gastos y en su caso viáticos de las y los diputados, y sobre todo del estado que guarda el recurso humano a su cargo y en todo el Congreso.
-Tiene mayores recursos y atribuciones que las y los diputados.
-Da la impresión de que informa a otras fracciones lo que ocurre en la fracción del PRI.
-Ha sido señalado en redes sociales por escándalos.
-Ha manifestado abiertamente su agradecimiento al anterior coordinador de la LXII Legislatura, Alejandro Avilés Álvarez y su intención política para elecciones venideras.
¡Qué tal con Igmarcito!
PRECIPITAN SINDICATOS QUIEBRE INELUDIBLE DE LA UABJO
Los que nunca han entendido ni entenderán son los líderes de los sindicatos de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), porque sin la más mínima reflexión, hacen todo lo posible por acabar con el Alma Mater.
Ávidos de ser beneficiarios de todos los recursos económicos y laborales que les conceda la institución educativa, sin aportar mucho a cambio, no reparan en destruir todo para beneficiarse ellos, luego ellas y siempre todas y todos.
Aprovechan el mínimo detalle para no trabajar.
Cuando de protestar se trata, hacen fiesta porque ese día ni los que siguen, hasta que los tomen en cuenta, serán tomados como días de asueto, claro con su respectivo y puntual pago, sin que les toquen un pelo a sus emolumentos.
Los burócratas de la UABJO son peores que los del IEEPO, a través de la Sección 22 del SNTE.
Cobrar sin trabajar es la consigna de una buena cantidad de empleadas y empleados, aunque, claro, hay sus contadas excepciones, de gente valiosa y trabajadora.
En este camino, los seis sindicatos con que cuenta la UABJO precipitan el quiebre ineludible.
Ahí están, listos y puntuales, para darle la última puñalada a la institución de la que comen ellos y sus hijos.
Ellos son: Fernando David López Cruz, del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UABJO (STEUABJO); Juan Alfredo Bautista León, del Sindicato Universitario de Maestros (SUMA), en tanto que por el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO) se disputan la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo tres grupos encabezados por Luis Alberto Hernández Osorio, Romualdo Toledo Ambrosio y Saúl Santiago.
Además, Óscar Daniel Soto Pablo, del Sindicato de Empleados de Confianza de la UABJO (SECUABJO); Héctor Eduardo Castellanos González, del Sindicato Independiente de Trabajadores de la UABJO (SITUABJO), y el de reciente registro Amado Miguel Wilches Ramiro, del Sindicato Universitario de Académicos (SUA).
Triste realidad, pero estos son los personajes que acabarán con la Universidad de 190 años de historia, que ha dado personajes ilustres como Benito Juárez y Porfirio Díaz.
Y es que aun cuando han recibido estímulos económicos del Gobierno del Estado para no emprender acciones de inestabilidad, los líderes de estas agrupaciones sindicales aceleran el escenario para el truene de la fuente de trabajo que mantiene a más de cuatro mil trabajadores académicos y administrativos, y da estudio a más de 26 mil alumnos y alumnas.
La situación de quiebre es inminente en la UABJO ante la voracidad y desproporción de los dirigentes sindicales que a toda costa buscan llevar a sus bases a la movilización y el enfrentamiento para exigir lo que no se puede dar.
Ante este panorama, el paro técnico por insolvencia económica en la Universidad pública podría llegar en septiembre próximo.
La enésima muestra la da el STEUABJO, que dirige el tristemente célebre Fernando David López Cruz, con un paro de 12 horas para exigir el pago de las jubilaciones de decenas de sus compañeros.
El caso es que no hay dinero. La Universidad no tiene recursos para hacer estas erogaciones. Con las que ya existen, tiene que tomar dinero de otras partidas para cumplir apenas con algunos.
El problema es estructural. Urge que el Gobierno del Estado le entre con todo al rescate de la UABJO, al estilo de lo que hizo el entonces gobernador Manuel Bartlett Díaz con la Universidad de Puebla.
¿Le entrará Alejandro Murat Hinojosa a este toro, en vísperas del año electoral 2018, decisivo para la sobrevivencia de su partido, el PRI?
Ver para creer.
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