Paulina RÍOS
OAXACA, (página3.mx).- La mañana de este sábado 8 de julio de 2017 falleció María del Socorro Castillejos del Pino (Coquito), conocida en su época dorada entre la clase política como “La mujer de hierro”.
Entregada al servicio público y a la política desde muy joven, Coquito murió olvidada por quienes apoyó durante décadas, y aunque estudió Contaduría Pública, se desempeñó más como secretaria de altos funcionarios públicos y de partidos políticos, haciendo honor a este oficio: llevándose muchos secretos a la tumba.
Debido a su fuerte carácter y que “no se dejaba de nadie”, menos en un mundo -como el de la política-, dominado por hombres, la bautizaron como “La mujer de hierro”.
Chiapaneca de origen, María del Socorro llegó a vivir a Oaxaca en 1986 a invitación de quien entonces asumió la gubernatura del estado: Heladio Ramírez López y desde entonces Oaxaca fue su segundo hogar.
En reconocimiento a Coquito, reproducimos la entrevista que le hizo la periodista Soledad Jarquín en 2015, publicada el 18 de octubre de este mismo año, con motivo de la celebración del voto femenino en México, para la agencia de noticias SemMéxico. (http://pagina3.mx/2015/10/a-62-anos-del-voto-las-mujeres-en-la-cuesta/)
Buen servicio y mal pago
María del Socorro Castillejos del Pino, quien nació en la capital de Chiapas, ha estado siempre muy cerca de líderes priistas y gobernadores, pero el poder no ha sido nunca de ella y menos los bienes que en muchos servidores públicos tienen abundantes resultados. Aunque es contadora privada de profesión, desde los años sesenta ha sido secretaria.
Desde muy joven estuvo involucrada en diversas actividades del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dentro de un grupo de mujeres, que para entonces ya gozaban de la ciudadanía otorgada en 1953.
En los años sesenta, incluso, siendo muy joven fue directora del sector femenil de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y más tarde, en 1962, por dedazo, reconoce, fue nombrada regidora del Cabildo de Tuxtla Gutiérrez, por el sector campesino.
Pero el destino le daría una vuelta a su vida y a la que prometía una carrera política, cuando en 1964 se convierte en la secretaria del entonces presidente del PRI en esa ciudad, Rafael Gamboa Cano, con quien se quedó a lo largo de mucho tiempo y lo siguió a petición del mismo político durante su gestión como dirigente del PRI en el Distrito Federal.
Entonces dice, con Gustavo Díaz Ordaz los cargos sí duraban seis años, cuando llegó Luis Echeverría los políticos se dormían con el cargo pero a veces despertaban sin sus puestos.
Orgullosa muestra su charola como secretaria privada del Presidente del Comité Directivo del PRI en el Distrito Federal, expedida en febrero de 1966, posición en la que permaneció durante largo tiempo y llegó incluso a las grandes ligas del PRI Nacional donde recuerda los liderazgos de mujeres como Hilda Anderson una destacada dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM); a Ofelia Castilla, en la CNOP y a Martha Andrade del Rosal, en el PRI del DF.
Aunque Coquito, como se conoce cariñosamente a María del Socorro Castillejos del Pino, no recuerda con exactitud cómo fueron aquellos años cuando se reconoció la ciudadanía de las mujeres, expone que entonces ellas militaban en el tricolor pero no ocupaban grandes cargos, aunque siempre han sido una gran mayoría de las militantes y por tanto votantes de su partido.
Entonces era difícil que las mujeres destacaran en política, el ambiente era de puros hombres y poco a poco empezaron a surgir algunos liderazgos de mujeres, pero todo eso ocurrió ya mucho tiempo después, refiere.
Ahora, es verdad, hay muchas mujeres en política, pero no todas resultan buenas políticas, igual que como sucede con los hombres, “diría que son malos tiempos para hacer política para las mujeres, por el desgaste que existe, por los intereses que ahora persiguen que no siempre son los de la gente”.
Coquito vivió en la capital del país y por su escritorio circularon muchos hombres y también mujeres que hoy serían los viejos de la política, incluso durante su trabajo ahora fortuitamente ha colaborado con hijos de algunos de esos políticos. Desde 1986 reside en Oaxaca, fue secretaria del ex gobernador Heladio Ramírez López y terminó con él la gestión de seis años.
A diferencia de muchos colaboradores del ex mandatario, Coquito renta una casa, porque nadie le ayudó a tener una casa propia de interés social, y a sus 73 años de edad sigue trabajando cada día en las oficinas de gobierno, sin que le reconozcan sus años de servicio, por lo que ve lejana la posibilidad de una jubilación.