+ El personal académico de entre 41 y 60 años de edadrepresenta la mayor carga y están en busca de su jubilación, afirma el Dr. Adrián Acosta Silva, investigador de la UdeG
CIUDAD UNIVERSITARIA, Oaxaca, octubre 15.-Dos tercios de las y los trabajadores académicos de las universidades públicas del país, de entre 41 y 60 años de edad, son la franja que representa la mayor carga para las nóminas y la que espera alternativas para su jubilación, afirmó el Dr. Adrián Acosta Silva, en su ponencia “Los dilemas de la sustentabilidad”, organizada por la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (FE-UABJO).
En la continuación del ciclo de conferencias magistrales “Problemas financieros de las Universidades Públicas estatales”, el jueves 12 de octubre en la Sala de Videoarte de la Dirección de Arte y Cultura (DAC), el especialista advirtió también que el problema de la sobrepoblación de la nómina tiene que ver con la decisión de la comunidad académica de jubilarse, ya que al determinar su situación laboral se presentan una serie de paradojas que implican dilemas de decisión.
El también coordinador académico del proyecto “Jalisco a futuro” 2012-2032, y profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, nivel II del SNI, explicó que la primera decisión tiene que ver con los estímulos y desestímulos, como los apoyos económicos extras que perciben antes de la jubilación, los cuales pierden en este proceso y ello se resume en un ingreso mensual mínimo.
La segunda contempla la sustentabilidad financiera de las universidades, donde los fondos no son suficientes y eso no es atractivo para que las y los profesores decidan jubilarse; es decir, el sueldo que tendrán como jubilados les resulta poco.
Y la tercera decisión habla del relevo generacional, ya que cada vez las universidades tiene académicos de edades mayores y el sector aumenta, contrario al ingreso de personal joven, lo que representa un problema de sustentabilidad.
El Dr. Acosta Silva refirió datos del 2006, cuando la edad promedio de jubilación de los académicos universitarios era de 48 años, pero la taza de retiro arrojaba sólo 28 por ciento, como consecuencia de los bajos salarios y la pérdida de estímulos, en detrimento de la nómina de las universidades.
Por ello, sostuvo que la búsqueda de estrategias para generar sustentabilidad económica en las universidades involucra a las instituciones y a la sociedad, pues sólo a través de éstas podrá asegurarse el futuro de las nuevas generaciones.
Subrayó que el desarrollo de la sustentabilidad para solventar jubilaciones, pensiones y potencializar la economía de las universidadespúblicas implica un análisis institucional y de política pública que debe conjuntar a las instituciones de educación con los gobiernos federal y estatales, a fin de garantizar un sistema satisfactorio, suficiente y sustentable.
El profesor-investigador de la Universidad de Guadalajara explicó que a pesar de que el término “sustentabilidad” es aplicado comúnmente a las disciplinas ecológicas, en esta ocasión aplica como símil con el propósito de generar líneas financieras que permitan solventar las crisis económicas que padecen las Universidades Públicas Estatales.