Una estructura cuadrangular que podría estar vinculada a los rituales prehispánicos para atraer la lluvia fue hallada en la parte noreste del Pico de Orizaba por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El hallazgo lo realizó un equipo de expertos encabezado por el arqueólogo Ismael Arturo Montero García y especialistas del instituto, que con tecnología virtual lograron ubicar la construcción.
Se cree que el sitio arqueológico y ceremonial tenía como fin un uso astronómico y ritual similar a los localizados en el Iztaccíhuatl, el Popocatépetl y el Monte Tláloc.
El INAH informó a través de un comunicado que en la estructura se encontraron materiales cerámicos con formas similares a las de las fases Xolalpan, Metepec y de tipo Coyotlatelco. Se trata de una de las construcciones más grandes que se han localizado en esa cúspide. De acuerdo con los expertos su construcción podría datar de los periodos Clásico o Epiclásico.
Hace más de 10 años, el arqueólogo Arturo Montero vio una fotografía donde se apreciaba una estructura cuadrangular y desde entonces pensó que se trataba de un adoratorio prehispánico de los llamados tetzacualco.
En octubre pasado ascendió junto con los investigadores María de Lourdes López Camacho y Osvaldo Murillo, del INAH, y los guías de montaña Rodolfo Hernández, Martín Moreno, Nadia Mota y Ariana Jiménez, a la ladera oeste del volcán en busca de aquello que había observado en la imagen satelital.
María de Lourdes López Camacho, arqueóloga del INAH, asegura que en la ladera oeste del volcán la intervención humana es mínima, ya que no está dentro de los recorridos habituales de los montañistas. A cuatro mil 230 metros sobre el nivel del mar, con una vista hacia el Valle de Puebla-Tlaxcala, el equipo halló un sitio arqueológico de características similares al tetzacualco del Monte Tláloc, el cual se identificó con el nombre de Poyauhtlan, que en náhuatl significa “Lugar donde se hacen ligeras las nubes”.
En dicho punto se localizó una estructura cuadrada; las paredes que la componen presentan las siguientes dimensiones: el muro sur, 35 metros de largo; el poniente, 35.7 m; el norte, 35.6 m, y el este, 35.2 m, con un área general aproximada de mil 188 m.
El sistema constructivo es a base de hiladas de piedras de basalto y tezontle, que a simple vista tienen como aglutinante sólo tierra; los muros miden aproximadamente entre 1 a 1.50 m de ancho, y tienen una altura que va de 0.40 a 1 m. La estructura está cubierta en parte con zacate y arena, lo que impide tener medidas exactas.
La edificación presenta un par de salidas o aperturas. La primera, ubicada al poniente, mide aproximadamente 4.6 m y da hacia lo que podría ser un camino con hileras de piedras al borde inclinadas hacia el noroeste. La segunda mide aproximadamente 2 m, presenta un par de posibles escalones y se ubica en el flanco norte, al frente se localiza un monolito.
Asimismo, en el costado este de la estructura, en la parte media se ubica una gran roca que forma parte del muro, contigua a grandes monolitos con restos de talla. Dentro del cuadrángulo, en la parte noreste, los especialistas detectaron alineamientos y desniveles en el terreno, lo que podría indicar la presencia de un par de cuartos. Asimismo, en el área central se observa una acumulación de piedras y una ligera elevación del terreno, posiblemente restos de una estructura.
El doctor Montero, quien también coordina la organización Ipan Tepeme Ihuan Oztome y dirige el Centro de Investigación y Divulgación de la Ciencia, de la Universidad del Tepeyac, realizó de forma paralela una prospección aérea con la ayuda de un dron, el cual elevó a 50 metros sobre el sitio. Posteriormente, con un software y una nube de puntos, elaboró un modelo digital en 3D donde pudo apreciar perfectamente la estructura.