La época de calor se acerca peligrosamente y pinta para ser una de las más sofocantes en mucho tiempo.
En la Ciudad de México somos muy poco aguantadores con el calor; a los 25 grados ya nos estamos derritiendo, no se compara con los casi 40 grados que hay en algunos estados del país.
Sin embargo, es importante que comencemos a considerar lo peligroso que resulta manejar en temporada de calor.
De acuerdo con un estudio público, dado a conocer por Hella, el exceso de calor aumenta en un 11% las probabilidades de un accidente grave.
Si llegan a superarse los 27 grados centígrados dentro del habitáculo, el riesgo de accidente comienza a ser alarmante; pero si la temperatura aumenta hasta los 32 grados, el riesgo incrementa a 22%.
Esta cifra es preocupante porque significaría que es de los elementos más peligrosos a la hora de manejar un auto.
La razón de este incremento, se debe a que con temperaturas muy altas, la sensación de fatiga en el cuerpo, impide realizar tareas y movimientos de manera óptima. El estado de alerta disminuye y la capacidad de reacción es mucho más lenta.
Esto no es lo único, pues la humedad generada por el aire, puede a veces ocasionar que los cristales se empañen, disminuyendo la visibilidad general en el vehículo.
Además debemos de tomar en cuenta que en ocasiones, el aire seco puede irritar nuestros ojos, lo que representa un riesgo al volante; sumado a alergias que podríamos presentar por microorganismos situados en filtros de aire.
¿Y qué se puede hacer?
Evidentemente no podemos hacer mucho con las ondas de calor, o contra el sol (sí un poco por el cambio climático, pero ese es otro tema), con lo que sí tenemos control es la forma en la que lo enfrentamos.
Tener en buenas condiciones el aire acondicionado, debe ser una de las prioridades, sobre todo si se saldrá a carretera con mucha gente; debe ser parte de la seguridad del vehículo.
Debes comprobar el compresor, el condensador, el evaporador y la válvula de expansión de aire. Por supuesto, no debes olvidar cambiar el filtro de aire cada 15 mil kilómetros; con esto evitarás que partículas se filtren y no se incrusten en el motor.
Todo esto te ahorrará composturas, pero sobre todo un accidente el cual pudiste haber evitado.