Este domingo se despidió el VII Arzobispo de Oaxaca, Monseñor José Luis Chávez Botello, quien luego de agradecer a fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas, sostuvo que la sociedad en Oaxaca no está organizada, sí muy dispersa y su tejido social deteriorado y dividido porque hay a quienes les interesa mantenerlo así.
Al dejar el cargo, a sus 75 años de edad y a dos años de haber solicitado su renuncia que le fue aceptada por el Papa Francisco hace más de dos meses, destacó que se lleva en el corazón a la Santísima Virgen en sus imágenes de la Inmaculada de Juquila y Nuestra Señora de la Soledad.
“Oaxaca tendrá futuro y no perderá el rumbo mientras camine en el fortalecimiento y crecimiento de la fe en Jesucristo bajo la mirada tierna de la Santísima Virgen; Ella los ha sostenido y los guiará de la mano por caminos de justicia, de amor y paz”; destacó.
En conferencia de prensa dijo que hay grupos y comunidades enfrentadas en este estado, que no lograrán la paz y la justicia mientras no haya un trabajo serio de todos, por su parte luchó y puso su mejor esfuerzo en lo que le tocaba, pues Dios no pide precisamente triunfos, pero sí trabajo y esfuerzo.
Monseñor José Luis Chávez Botello, al ser cuestionado sobre el perdón que ofreció el Papa Francisco a víctimas de pederastas y recordando de las acusaciones en su contra de dos años hacia acá, expresó que por supuesto que pide perdón a quienes han sido dañados aún ocultamente pero también llamó a privilegiar siempre llegar a la verdad.
“A los que hayan sido dañados por supuesto, pero también que se vaya revisando a verdad porque creo que nos falta mucho el hacernos muy dentro la lucha por la verdad, ha dañado en mucho a la sociedad en general, a Oaxaca, el ocultar la verdad, y hasta acusar con máscaras de verdad y eso detiene procesos de vida, eso daña”, refirió.
Finalmente, dijo que se va contento y agradecido con el Señor y con todos por lo que vio y tocó en su testimonio de paciencia, esperanza y austeridad, “aprendí que, para los que creen en Dios, las carencias, obstáculos y conflictos graves no nos impiden luchar, caminar y festejar y alegrarse sanamente.