“Andrés Manuel ha insistido una y otra vez, me consta porque yo he sido el conducto, uno de los conductos. Le hicimos la lucha con “Marichuy” [María de Jesús Patricio], me cansé de tratar de hablar con su esposo; busqué a Miguel Álvarez [Gándara], pero no facilitó el acceso a las bases zapatistas. Luego busqué a Gilberto López y Rivas, pero fue peor todavía: no solamente se negó a que hiciera contacto, sino que además mostró muchas cosas personales que trae contra Andrés Manuel. Así no se puede”, afirmó el sacerdote.
Gilberto López y Rivas es un político y destacado catedrático que también se desempeñó como Diputado federal y como asesor del movimiento zapatista. Y Miguel Álvarez Gándara, hoy presidente y fundador de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), se ha desempeñado como promotor y asesor de movimientos sociales, académicos y religiosos en México y en América Latina, y formó parte también de los diálogos entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El pasado 4 de julio el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emitió una convocatoria firmada por los subcomandantes insurgentes Moisés y Galeano (antes Marcos), en el que compara el pasado proceso electoral con un partido de futbol y advierte que no apoyarán al Gobierno del tabasqueño.
El EZLN afirma en el texto que la “gran final tan esperada y temida, concluyó y el equipo vencedor recibe con falsa modestia, los clamores de los espectadores”.
“‘El respetable público’, dicen voceros y cronistas. Sí, así se refieren a quienes han participado activamente con gritos, porras, hurras, insultos y diatribas, desde las gradas, como espectadores a quienes sólo en la gran final se les permite simular que están frente al balón y que su grito es el puntapié que dirige el esférico “al fondo de las redes”. ¿Cuántas veces ha escuchado usted eso? Muchas, ¿vale la pena contarlas? Las derrotas reiteradas, la promesa que a la que sigue sí, que el árbitro, que el campo, que el clima, que la luz, que la alineación, que la estrategia y la táctica, que etcétera. Al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos… a la que luego se sumará la desilusión prevista”, se lee.
Hoy, el religioso reveló que Alfonso Romo, Jefe de Gabinete de transición de AMLO, ofreció reunirse con los insurgentes: “Los Zapatistas tienen la palabra”, publicó en su cuenta de Twitter.
Pero Solalinde Guerra ya llegó a la conclusión de que quizás las bases zapatistas sí quieran abrirse al diálogo con el futuro Gobierno de López Obrador y defiende su apoyo.
El sacerdote consideró que algunos asesores del EZLN en lugar de permitir un encuentro con López Obrador, parece que “estuvieran administrando al zapatismo”.
“Gilberto López y Rivas tiene cosas muy personales con Andrés Manuel que ya debería de superar. Yo se lo dije, y dijo: ‘Si él gana, yo seré el primero en estar en contra de él’. Y no se trata de eso. Se trata de ser constructivos, debemos avanzar un poco a nivel coyuntural”, resaltó.
Solalinde Guerra indicó que es imposible saber qué papel jugará el EZNLdurante la administración de López Obrador, pero que si continúan “enconchados como si fuera 1994”, así pasarán “no sé cuántos años más, con las ideas fijas, pesando que todo sigue igual”.
“Y es que yo entiendo. Yo mismo me considero antisistémico, pero una cosa es ser antisistémico y otra cosa es ser extremistas al grado de pensar que las cosas se pueden cambiar de la noche a la mañana y tener esta idea, que yo no comparto, del todo o nada”, dijo.
El activista recalcó lo que ya ha dicho en otras ocasiones: que 30 millones de mexicanos que votaron por un cambio, no pueden haberse equivocado y llamó a los dirigentes, asesores y a las bases del EZLN ha participar constructivamente con el Gobierno de AMLO.