Dos playas situadas en el noreste de Japón que quedaron devastadas tras el tsunami de 2011 han sido abiertas hoy al público, tras comprobar que los niveles de radiactividad eran adecuados ocho años después del desastre.
La reapertura de las dos playas, situadas en la ciudad de Soma (prefectura de Fukushima) y en Ishinomaki (prefectura de Miyagi), coincide con una ola de calor que azota al país asiático desde la última semana y que ha causado al menos 30 muertos.
Estas zonas costeras recibían durante los meses de verano entre 30 mil y 50 mil visitantes antes del fortísimo terremoto de 9 grados Richter y posterior tsunami que causó el desastre de la central Fukushima Daiichi, según cifras de la agencia japonesa Kyodo.
Los controles de calidad realizados por las autoridades locales de Soma desde 2015 han demostrado que los niveles de radiactividad se encuentran por debajo de los mínimos establecidos por la normativa de seguridad de la playa.
También se han reconstruido los diques que quedaron dañados y eliminado los materiales que fueron arrastrados a la costa tras el tsunami.
El desastre del 11 de marzo de 2011, el peor de la historia reciente de Japón, ocasionó 18.000 muertos y decenas de miles de personas desplazadas, así como graves daños a la economía local y las arcas públicas.