Tula, Hidalgo.- La pareja que el pasado jueves fue acusada de “robachicos” y quemada viva por habitantes de la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, en el municipio de Tula, “no eran delincuentes”, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo.
Dejaron en orfandad a dos niños, una niña y un varón, quienes quedaron en resguardo de unos familiares avecindados en el municipio de Zumpango, Estado de México.
Pedro Porras Perez, el alcalde de Tezontepec de Aldama, donde actualmente vivían las víctimas, informó que las dos personas linchadas eran originarias de Durango.
Dijo que ha conocido por los vecinos del lugar que las dos víctimas llegaron a la comunidad de San Isidro El Tanque, en el municipio de Tezontepec de Aldama, hace menos de un año en compañía de sus hijos y que “se dedicaban a trabajar y no se metían con nadie”.
Aseguró que “no hay referencia de que se dedicaran a algún hecho ilícito. Eran una familia normal, sin ostentación económica”.
Trascendió que las victimas trabajaban en una tortillería y vendían leña en establecimientos de alimentos en Tezontepec.
Lamentó los hechos del pasado jueves en el municipio vecino de Tula, donde pobladores —en medio de la psicosis colectiva que se ha desatado en varias partes del país por el presunto robo de niños— quemaron viva a la pareja ante el rumor de que pretendían llevarse a un menor.
Por otra parte, agentes de investigación de la Procuraduría de Justicia del Estado ya realizan la investigación para esclarecer este grave hecho. Indicaron que el argumento usado por los pobladores para hacer justicia por propia mano hasta el momento no tiene sustento, pues si habían robado un niño, los padres de la supuesta víctima no realizaron ninguna denuncia de manera directa en la agencia del ministerio público o ante alguna autoridad.