-“Golpe bajo” a madres trabajadoras que quedan en la indefensión con los recortes presupuestales anunciado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador
– “Señor Presidente, no sólo es cuestión de dinero, nos pega en donde más nos duele, nuestros hijos”, recriminó Miriam Jiménez, madre de familia afectada, de la Estancia Infantil “Luz de mi Vida”
“La decisión de recortar los subsidios a las estancias infantiles de manera personal, me deja un mal sabor de boca, se trata de un programa que funcionaba a la perfección y que nos afecta directamente, aunque la intención del presidente sea apoyarnos, la verdad nos está dando un golpe bajo, en lo que más nos duele, nuestros hijos”, sentenció Miriam Jiménez, madre de familia afectada, de la Estancia Infantil “Luz de mi Vida”.
Al menos 240 estancias infantiles en las que asisten en promedio 7 mil niños y niñas, adscritas a la Secretaría de Bienestar (antes Sedesol), flaquean en Oaxaca, ante la determinación del Gobierno Federal, de aplicar recortes presupuestales y entregar los recursos directamente a madres de familia.
“No sólo es cuestión de dinero, ojala el Presidente tuviera la iniciativa de acercarse a esta estancia infantil, es algo más que recursos, se trata de que nuestros hijos e hijas asistan a un espacio seguro, donde se les da una alimentación equilibrada, con trato digno, que se les atienda con personal capacitado en todos los aspectos”, destacó también Mariana Diego San Juan, otra madre afectada.
La Secretaria de Bienestar del Gobierno Federal, María Luisa Albores González, anunció que se entregarán bimestralmente mil 600 pesos a madres de familia que antes eran beneficiarias a través de estancias infantiles donde el gobierno entregaba 950 pesos por niño o niña.
Claudia Lorena Becerril Domínguez, responsable de la Estancia Infantil “Luz de mi Vida”, ubicada en la parte alta del municipio de San Antonio de la Cal, comentó que el recorte presupuestal y de cómo se va a manejar ahora el dinero, está trayendo consigo desajustes, pues para empezar llevan dos meses donde no se ha garantizado el pago esperando a que se dieran las reglas de operación.
“Son ocho horas de cuidado de niños y niñas, a quienes se les da tres alimentos, dos comidas calientes y una colación, la atención en un lugar seguro, maestras certificadas, pago de renta y luz, todo esto, al no haber el pago del subsidio como estancias nos quedamos sin este soporte porque además las personas beneficiadas son mujeres en su mayoría, de bajos recursos, que apenas tienen ingresos para subsistir”, destacó.
Detalló que al informar a madres de familia, que tenían que aumentar entre 200 y 500 pesos las cuotas mensuales, para seguir otorgando los servicios, el 50 por ciento decidió sacar a sus niños y niñas, pues no cuentan con los recursos suficientes para incrementar sus pagos, y la estancia sólo busca medio solventar una situación que aún está en la incertidumbre, y por la misma situación atraviesa el resto de las estancias de esta entidad.
Precisó que es triste pensar que todos los años de capacitación del personal, la adecuación de las instalaciones, los cursos, talleres, la entrega en beneficio de niños y niñas, así como de padres y madres trabajadoras, se tira por la basura porque un gobierno cree que no sirve o no funciona.
“Si a 12 años nos mantenemos es porque superamos verificaciones, así como temas en materia de seguridad, porque nos estuvimos preparando para persistir y ofrecer un mejor servicio, dicen que no es discriminación, claro que hay discriminación, porque aquí madres y padres de bajo recursos, tenían un servicio de calidad como lo tienen niños y niñas en instancias particulares, a quienes hoy se niega esa posibilidad”, añadió Claudia Lorena.
En la estancia infantil “Luz de Mi Vida”, un promedio de 40 madres de familia, a partir de los recortes de subsidios, estarán pagando 650 pesos mensuales por los servicios, sin incluir alimentos, y mil pesos con alimentos, antes de la medida del Gobierno Federal, sólo pagaban 450 pesos.
Muchas de las mujeres de San Antonio de la Cal, se dedican a la elaboración de tortilla y tlayudas para su venta, así como la venta de gelatinas, productos por catálogo y otras actividades que les permiten obtener ingresos, apenas, para subsistir.