Ciudad de México.- El gobierno de Andrés Manuel López Obrador apoyará a Petróleos Mexicanos (Pemex) con 5 mil 500 millones de dólares con el objetivo de rescatar a la energética paraestatal fuertemente endeudada y cuya producción cayó drásticamente, una medida que los analistas consideraron positiva pero no suficiente para sanear sus cuentas.
Además se ha comprometido a incrementar la inversión sobre todo en aguas someras y en tierra, donde es más fácil y rápida la extracción de crudo, y a no contratar deuda nueva.
“En el caso de Pemex ha habido una muy mala administración y mucha corrupción, saqueo, han apostado acabar a Pemex, a destruir a Pemex”, se lamentó el presidente el viernes al anunciar el plan junto a la cúpula de la petrolera y el titular de Hacienda, Carlos Urzúa.
El programa de rescate de la compañía –nacionalizada en 1938 y que antaño fue todo un símbolo nacional y motor económico de México– conlleva una inyección de efectivo de mil 800 millones de dólares, por capitalización entrarán otros mil 300 millones y por la reducción fiscal unos 800 millones de dólares. Además, se prevé que la estrategia contra el robo de combustible proporcione otros mil 600 millones.
Además, el Ejecutivo no descarta medidas adicionales si fueran necesarias. “El gobierno de México va a apoyar de manera absoluta a Pemex de aquí en adelante”, garantizó Urzúa.
El responsable de Finanzas de la petrolera, Alberto Velázquez, especificó que también se fortalecerá la política de inversión que este año ascenderá hasta casi 15 mil millones de dólares, un 36% más que en 2018, y aseguró que “después de 10 años Pemex no va a contratar deuda nueva”. La deuda acumulada de Pemex desde 2013 asciende a 43 mil 800 millones de dólares.
Su director, Octavio Romero, explicó, por su parte, que el grueso de esas inversiones se destinarán a explotaciones en tierra y en aguas someras “donde tenemos petróleo y es muy fácil de extraer” con el objetivo de aumentar la producción, que ahora está en 1.7 millón de barriles diarios, la mitad de lo que se producía en 2004-2005.
Según el secretario de Hacienda, todas estas acciones permitirán a Pemex “empezar a poner en orden todas sus finanzas”, no endeudarse y refinanciar su deuda.
Además, el gobierno garantizó que todo este plan irá acompañado con medidas de austeridad y un combate frontal a la corrupción. “Si acabamos con la corrupción Pemex va a renacer”, subrayó el presidente.
El anunció, aunque bien recibido por los analistas, fue considerado insuficiente.
La calificadora Fitch Ratings, que en enero bajó su nota a Pemex, consideró que aunque el plan puede ayudar a que la petrolera no pierda dinero y no aumente su deuda pero afirmó que “no será suficiente para prevenir el deterioro de la calidad crediticia” de la misma.
Según esta entidad, Pemex necesitaría un flujo de efectivo de más del doble, entre 12 mil y 17 mil millones de dólares al año “para tener un programa de inversión de capital en exploración y producción que sea suficiente para reponer 100% de las reservas y estabilizar la producción”.
David Shields, experto en petróleo, coincidió en el análisis. A su juicio el plan no bastaba para abordar el desastre financiero de la energética pero muestra que “al menos (las autoridades) están haciendo algo”.
López Obrador, que asumió el 1 de diciembre, inició su mandato con un plan para combatir el robo de combustible -un mal que ha conllevado pérdidas para Pemex de 3 mil millones de dólares anuales-. Esta iniciativa ha provocado muchas críticas porque supuso serios desabastecimientos en algunas regiones debido a que se cerraron ductos que eran perforados para sustraer la gasolina y el combustible tuvo que ser transportado en camiones cisterna, lo que generó muchos problemas de distribución.
Esas perforaciones a gran escala son obra de bandas criminales aliadas con trabajadores de Pemex o servidores públicos corruptos y muchas veces apoyadas por amplios sectores sociales.
La fiscalía federal ha abierto diversas investigaciones a funcionarios por casos corrupción relacionados con la energética, entre otros, a tres ejecutivos de la petrolera que aparentemente otorgaron 25 contratos sospechosos a universidades para asesoramiento técnico desde 2012.
Asimismo, México inició una investigación contra el exdirector de la energética, Emilio Lozoya, por presuntamente haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht tal como confesaron directivos de esa compañía. Sin embargo, no se ha hecho público el estado en el que se encuentran dichas pesquisas por hallarse “bajo protección del debido proceso”, según la fiscalía federal.
Octavio Romero, el actual director de Pemex, subrayó que ahora serán muy cuidadosos con los recursos de la energética y con las licitaciones porque, como ha denunciado López Obrador en diversas ocasiones, en el pasado hubo muchos contratos que fueron un gran negocio para las empresas privadas pero un mal negocio para la nación.
El tema que todavía no ha sido abordado es cómo racionalizar la nómina y limitar las prebendas del poderoso sindicato de petroleros liderado desde los años 90 por Carlos Romero Deschamps, considerado uno de los personajes más corruptos del país. No obstante, Shields prevé que pueda hacerse en el corto plazo.
“Vamos a sacar adelante a Pemex”, garantizó López Obrador. “Va a ser una empresa productiva, una empresa que va a tener utilidades, que va a tener ganancias”.
Un elemento que podría ser clave es el precio del crudo. “Si los precios del petróleo se recuperan, (el presidente) podría ser visto como un genio”, concluyó el analista.