El vocero de la Arquidiócesis de Antequera, Padre José Guadalupe Barragán Oliva, afirmó que existen títulos desde épocas del Obispo Bartolomé Carrasco Briseño, donde la federación concede la administración de El Pedimento a la iglesia, pero nunca se ha hecho la posesión porque luego de la construcción de ese espacio sagrado, salieron a relucir otros intereses.
Expresó que las administraciones municipales de Santa Catarina Juquila, se han pasado el control conforme van cambiando y nunca han cumplido con el mandato federal, y lamentablemente esta situación ha llevado a otros conflictos.
“Del lugar, hay documentos que acreditan que es propiedad federal y que fue concedido a la iglesia, tenemos el título pero no la posesión, en los tiempos de don Bartolomé, el presidente municipal de aquel entonces de Juquila pidió permiso para adecuar el espacio, con la promesa de entregarlo en cuanto estuviera, desafortunadamente son pícaros, ladinos, sabían lo que querían, lo hicieron y dijeron no lo entregamos y se lo quedaron”, recordó.
Mencionó que con el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz también se ordenó la entrega del espacio a la Iglesia, incluso hubo un memorándum que se giró al municipio de Juquila, pero entonces el pretexto fue que se aproximaban las elecciones de julio, que una vez que pasaran lo entregarían pero no fue así.
Con motivo del conflicto entre Santa Catarina Juquila y Santiago Yaitepec, donde ha trascendido el interés por el control de El Pedimento, en el que ingresan recursos millonarios al año, el sacerdote sostuvo que es importante que llegue la paz a la zona y que ambas partes sean conscientes de que se están burlando de la fe del pueblo.
Destacó que lo lamentable es que de los recursos que por años han llegado a El Pedimento, con motivo de las ofrendas que dejan peregrinos en el lugar al acudir a visitar a la Virgen de Juquila, no son utilizados para beneficio de las comunidades, unos cuantos se lo adueñan aunque eso lleve a conflictos entre comunidades hermanas.
“El dinero que ahí llega es sagrado, de ofrendas que se hacen a Dios, no a las autoridades, y es por ello que debería ser utilizado para beneficio de las comunidades, de lo contrario se trata de un desvío, de una mala administración, no para obras de la Iglesia”, insistió.