A menos de 45 minutos de la ciudad capital, se encuentra la comunidad de San Martín Tilcajete, la cual es considerada la cuna del Alebrije, en esta pequeña población más del 70 por ciento de la gente se dedica a la elaboración de la artesanía, la cual han aprendido desde hace más de tres generaciones.
En San Martín Tilcajete existen 165 talleres artesanales familiares, grandes, pequeños y empresariales, los cuales les dan vida a esta comunidad, quienes han luchado por mantener con vida esta tradición, pese a la competencia desleal y el robo de la madera de copal con la que realizan los Alebrijes.
En entrevista la Regidora de Educación y encargada de Turismo de San Martín Tilcajete, Esperanza Martínez Ojeda, señaló que desde hace cinco años han sufrido la escasez de los árboles de copal, provocado por la quema desmedida así como los robos por parte de la colonia Vicente Guerrero y colonias aledañas a La Cuesta.
“Lamentablemente con la quema de incendios que son provocados se ha acabado parte de la madera con la que realizan el Alebrije, muchos de los artesanos han tenido que comprar, por ello se han realizado dos reforestaciones al año desde hace 15 años para mitigar este impacto, por lo que se ha contado con la participación de la comunidad pues saben que es para un bien común”, enfatizó.
Detalló que para cortar esta madera la comunidad debe tener permiso por parte de las autoridades comunales y ejidales, ello para tener un mejor control, y evitar la sobre explotación de la misma.
Martínez Ojeda detalló que para mejorar la elaboración de sus productos se necesita el apoyo de las autoridades estatales, ya que hay algunos talleres que les falta condicionamiento, “pero a veces el desinterés de los talleres, porque dicen que pierden tiempo para ir hacer su trámite”:
“No todos son beneficiaros de los programas, obviamente reconocemos que se tienen que capacitar, pero tenemos el problema que las personas no quieren capacitarse. Además de que quienes tienen el apoyo de programas siempre son los mismos, no hay una igualdad”, puntualizó.
Aseguró que otras de las dificultades que se encuentran es que la mayoría de los talleres están alejados del centro, por lo que los turistas no llegan directamente a los talleres, no se acercan ante el desconocimiento de las ubicaciones.
“Es cosas que el turismo venga y busque los talleres alejados ya que son los talleres que tienen vida, que están trabajando y que sacan adelante la creación de los Alebrijes”, finalizó.