Como cada año, el 10 de mayo en México festeja a las mujeres que son mamás, pero, ¿sabes de dónde salió esta tradición, desde cuándo se celebra y quién la implementó?
El Día de las Madres se remonta a principios del siglo XX, cuando Rafael Alducin, periodista poblano, decidió emular en nuestro país celebraciones similares en Estados Unidos.
El 13 de abril de 1922, el periodista lanzó una convocatoria en una de las páginas de su diario para institucionalizar el Día de las Madres y celebrarlo por primera vez el 10 de mayo.
A esta iniciativa se añadió el entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos. Así poco a poco, los mexicanos fueron apropiándose de esta fecha para celebrar a las madres.
Sin embargo, un estudio reciente llevado a cabo por Marta Acevedo, investigadora especializada en Ciencias Sociales y Estudios de Género, reveló que la creación del Día de las Madres por parte de Alducin y sus allegados, pudo haber sido más bien una reacción a un movimiento feminista que llevaba años gestándose en Yucatán.
En 1916, seis años antes de que el fundador del diario Excélsior saliera con su iniciativa de “honrar a la madre”, grupos de hombres y mujeres interesados en temas como la planificación familiar, comenzaron a ofrecer talleres sobre enfermedades venéreas, temas jurídicos y profilaxis, así como orientación sexual a todo el que la solicitara.
¿Qué inspiró el Día de las Madres?
El 10 de mayo de 1908, tres años después de la muerte de su propia madre, la activista social Anna Jarvis, organizó un pequeño evento para conmemorarla a ella, a su lucha, y también al resto de las madres de la Iglesia Episcopal Metodista de la región de Grafton en Virginia Occidental.
Su lucha, la de la madre de Anna, fue contra el abuso de los dueños de las fábricas de las ciudades a las que las mujeres, en especial las madres trabajadoras, eran sometidas.
Para mediados del siglo XIX Reeves Jarvis, la madre de Anna Jarvis, promovió la seguridad social de las mujeres que trabajaban en las fábricas y en la industria textil, que en esos años experimentaba una expansión acelerada.
En lugar de crear un día solo para celebrar a las madres, Jarvis buscó el reconocimiento de las madres trabajadoras, que pasaban más de 12 horas en las fábricas a cambio de salarios miserables, que no gozaban de ningún tipo de garantías sociales y que no contaban con la posibilidad de procurar a sus hijos por miedo a perder su empleo.
La premisa de Anna Jarvis, la hija, para celebrar ese día fue la de celebrar a “la persona que ha hecho más por ti que cualquiera en este mundo”.