Europa.- La llegada de una masa de aire caliente desde África afecta ya a casi toda Europa occidental, poco acostumbrada -excepto España- al calor excesivo y con el temor de que se repitan situaciones como la vivida en Francia en 2003, cuando fallecieron 15.000 personas en 15 días.
Con aquella efeméride, las autoridades francesas han declarado la alerta de “vigilancia naranja” en 53 departamentos donde se prevé que las temperaturas ronden los 35 grados a partir del lunes y superen los 40 en algunas zonas del país vecino, según ha informado la agencia Météo-France.
En París, las autoridades municipales han instalado fuentes supletorias, mantendrán los parques abiertos durante la noche y distribuirán equipamientos especiales en escuelas y guarderías, así como botellas de agua entre las personas sin hogar.
La medida más llamativa ha sido la decisión del Ministerio de Educación de retrasar a nivel nacional para el 1 y 2 de julio el examen de “brevet” (certificado de enseñanza media), que debía realizarse el 27 y 28 de junio, fechas en las que se prevén temperaturas de hasta 48 grados.
En Alemania, donde mañana se prevén valores de hasta 40 grados, las autoridades han introducido límites de velocidad en dos autopistas en el este del país, ante el peligro de dilatación del asfalto y el aumento del riesgo de accidentes.
Asimismo, las altas temperaturas y la sequía han aumentado el peligro de incendios forestales, sobre todo en el noreste de Alemania.
Concretamente en Brandemburgo, estado federal circundante a Berlín, el fuego ha arrasado cerca de cien hectáreas de zona boscosa y los bomberos continúan luchando en su extinción.
En Bélgica, las altas temperaturas que se registran desde el pasado domingo y se prevé se prolonguen hasta el miércoles próximo en todo el territorio, salvo en el litoral, han puesto en alerta naranja al país, según el Instituto Real de Meteorología belga.
La alerta naranja dejará en zonas de mar valores entre los 28 y 29 grados y en el interior de 34 grados, exceptuando la zona de Flandes occidental, que se encuentra en “alerta amarilla”.
Esta situación ha llevado a las autoridades a suspender en Bruselas, Amberes y Ostende los paseos en carros tirados por caballos con el fin de proteger a los animales.
Según la web europea Meteoalarm, el aviso responde a una situación meteorológica “peligrosa”, en la que se prevén “probables daños y accidentes”.
Italia, país más acostumbrado a las altas temperaturas, registra valores “insólitos” y que no se vivían desde hace más de un siglo en el norte del país, según los expertos.
Así, entre el miércoles y el viernes se prevé que los termómetros alcancen los 43 grados en ciudades como Alessandria o los 40 en Milán.
Según los servicios de urgencias de Siena (centro de Italia), más de un centenar de personas se han acercado con síntomas de insuficiencia cardíaca y deshidratación como consecuencia del calor. En Roma, las fuentes de la ciudad reciben a turistas y locales para beber agua y refrescarse, en una urbe que soporta calor todos los veranos, pero, especialmente, estas jornadas.
Por ello, Protección Civil ha recomendado extremar las precauciones estos días, sobre todo entre las personas de más edad y los menores, así como beber mucha agua y evitar bebidas gaseosas, azucaradas y alcohólicas.
Grecia, en cambio, no se verá afectada por la ola de calor europea hasta el fin de semana, cuando se prevé que las temperaturas puntualmente alcancen los 37 grados.
Los valores nocturnos aún se sitúan por debajo de los 27 y 28 grados, por lo que aún no se habla de ola de calor propiamente dicha en Grecia, según los servicios de meteorología locales.
Servicios que califican las temperaturas actuales como “normales” para esta época del año, y solo advierten de que en los próximos días pueden producirse precipitaciones intensas en el norte y oeste del país heleno, que pueden ir acompañadas de granizo.