Apreciables ciberlectores ya estamos de regreso en este su espacio, luego de unos días de inmerecido descanso y de disfrutar a la familia.
Sin más preámbulos, pasamos al tema que hoy nos ocupa en este nuestro sufrido Oaxaca con tantos y tantos problemas, los que perecieran son interminables.
Y uno de los asuntos álgidos que atraviesa el actual Gobierno del Estado es la falta de cobertura en salud para más de 3 mil comunidades en la entidad oaxaqueña, y la conclusión de 75 hospitales y unidades médicas que dejaron abandonadas desde hace 10 años los gobiernos de Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué Monteagudo.
Un “cementerio” de hospitales abandonados heredado por dos ex gobernadores a quienes les valió un comino dejar a la gente más pobre de Oaxaca, sin el servicio de salud y que las mujeres parieran en los patios de las clínicas, esa es la realidad que tenemos en este rubro primordial para la población oaxaqueña.
Desde el 2009, esas 75 obras de salud que beneficiarían a una población de 704 mil habitantes aproximadamente, se quedaron abandonadas, primero por la administración ulisista y después por la gabinista, este último no movió un solo dedo para terminar por lo menos una cuarta parte de esos hospitales y les valió un soberano cacahuate dejar a la gente sin la cobertura en salud.
En su mayoría, las obras de salud se quedaron en puro cascarón y un ejemplo claro es la de Matías Romero, donde apenas este fin de semana estuvo personal de la Secretaría de Salud Federal para verificar y supervisar dicha obra abandonada en obra negra y encontraron que la rapiña hizo de las suyas, llevándose todo el cableado y cuanto utensilio pudieron levantar.
La referida obra requería hace 10 años para su conclusión de la segunda etapa 20 millones de pesos, hoy se necesitan 90 millones de pesos, según la supervisión de la Secretaría de Salud Federal, para que se termine.
¡Terrible!
¡Imagínense 10 largos años de abandono!…¡Es un crimen!…lo más cuestionable es que los presuntos responsables de este delito que podría configurarse hasta de lesa humanidad por tratarse de la salud de las y los oaxaqueños, que tienen nombres y apellidos, andan sueltos, gozando de impunidad y hay que decirlo, han sido intocables, sus nombres: Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué Monteagudo.
¿Por qué a ellos no los han investigado?
¿Saben ustedes cuánto dinero se requiere para terminar esas 75 obras, después de 10 años de abandono?
La friolera cantidad de 1, 200 millones 244 mil 861.76 pesos
Menudo paquete para Alejandro Murat Hinojosa, Gobernador de Oaxaca, a quien le tocó bailar con la más fea, pero tampoco puede hacerse de la vista gorda, porque de hacerlo, ese fantasma de obras hospitalarias abandonadas, que no es su responsabilidad, también lo perseguiría después de su mandato.
Así que a ponerse las pilas.
De acuerdo a datos oficiales, luego de la llegada del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y por diversas gestiones ante la Secretaría de Salud Federal y la intervención de la bancada de las y los diputados oaxaqueños en San Lázaro, fue autorizado un presupuesto de 789 millones de pesos para la reconstrucción de 30 obras hospitalarias, las cuales serán terminadas el próximo año.
De esos recursos autorizados, los que están en la cancha de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para obra corresponden 359 millones de pesos y para equipamiento 430 millones de pesos, los cuales beneficiarán a 351 mil 946 habitantes.
Los hospitales a concluir son los siguientes: Matías Romero Avendaño, San Agustín Loxicha, San Felipe Jalapa de Díaz, Santa María Chilchotla, Coycoyán de las Flores, Ixtlán de Juárez, Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza (Cheguigo) y (Santa María del Mar). Magdalena Tequisistlán, San Juan Bautista Tuxtepec (San Bartolo), San José Tenango.
San Pablo Villa de Mitla, Santa Lucía del Camino, Santa María Colotepec, Santa María Chilchotla (San Martín de Porres), Santa María Guenagati, Santa María Quiegolani, Santa María Tonameca (Cerro Gordo), Salina Cruz (Ensenada de La Ventosa), Santiago Xiacuí, Santiago Yosondúa, Santiago Zacatepec, Santo Domingo Ingenio, Tlacotepec Plumas, Zapotitlán del Río, San Agustín Loxicha (Santa Cruz Loxicha).
San Lucas Ojitlán, Santa María Colotepec (La Barra de Colotepec), Cosolapa y Santa María Huatulco (La Crucecita).
Estas son las 30 obras hospitalarias autorizadas y supervisadas de acuerdo a sus expedientes técnicos, que fueron avaladas por la Dirección General de Planeación de la Secretaría de Salud Federal, para terminarlas en el mediano plazo, las que prácticamente son casi la mitad del “cementerio” de 75 hospitales abandonados, la verdadera herencia de Ulises y Gabino.
Se estima que una vez terminada con esta primera etapa de red hospitalaria, estarían contemplando otras 20 obras más de las 35 que quedarían pendientes para su posible conclusión con la finalidad de amortiguar la alta necesidad que tiene la población oaxaqueña en materia de salud.
Es importante resaltar que dentro de las 30 obras hospitalarias a concluir en su segunda etapa, hay 17 de ellas que ya cuentan con personal laboral y equipo asignado, solo esperarían a concluir su infraestructura para operar de inmediato, pero hay 8 obras de hospitales que son nuevos en su totalidad y que tendrán que gestionar ante la Secretaría de Salud Federal la autorización del personal y del equipamiento, esas tardarían más en funcionar.
Pero insistimos, si bien es cierto que hay un responsable del desfalco en salud por más de 2 mil millones de pesos que está en la cárcel, Germán Tenorio Vasconcelos, éste no pudo haber actuado sólo, de ahí la importancia de que se abran los expedientes de investigación contra los dos ex gobernadores como Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué Monteagudo, presuntos involucrados en hechos de corrupción de 75 obras hospitalarias inconclusas.
Si el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador les echa el guante, puesto que es delito federal porque los recursos aplicados fueron de ese orden de Gobierno, Oaxaca, estamos seguros, se lo va agradecer, todavía está a tiempo, porque los delitos de fraude y corrupción aún no prescriben.
¿Se atreverá AMLO abrir la “caja de pandora” de los dos ex gobernadores oaxaqueños?
Porque no solo se trata de obras hospitalarias abandonadas, sino también de un acelerador lineal y un tomógrafo desaparecidos, que jamás se investigó ni se detuvo al o los presuntos responsables, amén de las operaciones ilícitas con la compra de medicamentos.
Los expedientes ya los tiene López Obrador en sus manos. Veremos si se decide.
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