CDMX.- El gobierno del priista Enrique Peña Nieto ocultó -presuntamente por razones de seguridad y de estado- la construcción dentro de Los Pinos de una mansión exclusiva para su esposa Angélica Rivera.
Pero desde el 1 de diciembre del 2018, cuando tomó el poder, Andrés Manuel López Obrador instruyó a su gobierno a abrir a todo el pueblo de México el complejo residencial presidencial de Los Pinos, y fue entonces cuando se descubrió la opulenta “cabaña” de la actriz conocida como “La Gaviota”.
Una vez que se realizó la apertura al público de la que fuera residencia oficial de los Presidentes mexicanos, los visitantes pudieron admirar las llamadas “cabañas presidenciales”, que eran los hogares de los mandatarios en turno.
Entre ellas destaca la mansión en color blanco construida para la actriz estrella de Televisa, Angélica Rivera, aunque no hay acceso al interior como sí lo hay para un campo de futbol rápido con graderío que mandó construir en su sexenio el entonces panista Felipe Calderón Hinojosa.
INVENTARIO, DESDE CERO
Desde hace cuatro meses, un equipo de arquitectos y especialistas documenta muebles, acabados, decoración y dimensiones de las 79 edificaciones que hay en el perímetro de lo que fue el predio presidencial que reunió al antiguo rancho de Las Hormiga con el aún más antiguo Molino del Rey: 56 mil metros cuadrados, según información oficial.
El inventario de lo que hay en Los Pinos y sus varias residencias se realiza sin ayuda de documentos, es decir, desde cero, ya que no hay planos, informes de gastos, facturas o datos que ayuden a enlistar lo que había en esas cabañas, muebles, decoración, accesorios residenciales… no hay pista de nada, expresó Homero Fernández Pedraza, director administrativo del Centro Cultural Los Pinos, creado por López Obrador para que el pueblo tenga acceso a este bien de la nación.
Una vez que tomó posesión de su cargo recién creado, Fernández Pedraza envió oficios a todas las dependencias y áreas de gobierno que pudieran contar con información sobre los bienes que había en el interior de las cabañas y de todo el complejo, pero no obtuvo respuesta, no había ningún inventario anterior con el cual empezar a trabajar. La explicación es que por la presunta seguridad nacional no podía transparentarse lo que se construía en Los Pinos.
LUJO Y CLASE
La casa, identificada por los arquitectos en el inventario sólo como Cabaña II, es una residencia de estilo Clásico que está semioculta entre árboles y altas bardas en el predio. Según Fernández Pedraza, información obtenida de elementos del extinto Estado Mayor Preidencial da cuenta que la mansión se construyó al iniciar el gobierno peñanietista.
La otra “casa blanca” de Rivera está ubicada en el extremo norponiente del predio. Los arquitectos la llaman la “Cabaña de la Gaviota”.
Los avances del inventario detallan que el inmueble tiene aproximadamente mil 200 metros cuadrados de construcción, distribuidos en dos niveles y un sótano con cuartos para la servidumbre.
La fachada da a un enorme jardín que los presidentes usaban como helipuerto, pero la casa tiene acceso independiente desde las avenidas Fernando Alencastre o Calzada Chivatito, sin tener que pasar por el jardín de La Hondonada ni acercarse a la Casa Miguel Alemán, donde se supone vivía Peña Nieto.
Esta casa está justo enfrente de la residencia que Martha Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox Quesada, solía llamar “la cabaña”. Ahí vivían los Fox.
En la fachada hay dos balcones, una terraza y ventanas amplias. Los acabados exteriores y de las columnas del pórtico de 10 metros de alto son de cantera blanco esperanza. Este material también engalana los contornos de la casa y los marcos de las 36 ventanas. Al pie de la mansión destaca la inscripción “C&S” tallada en la cantera, símbolo que los arquitectos no han descifrado ya que tampoco hay documento que explique su significado.
En el interior hay una escalera con barandal de forja, lo que refrenda lo que ya era del dominio público: las cabañas presidenciales son verdaderas residencias pletóricas de lujo y ornamentación. La de Rivera destacaba por encima de las demás.
Los pisos de “la otra casa blanca” son de mármol, lo mismo que todas las superficies de los baños. Los pisos de las habitaciones tienen piso de duela.
DESTINO INCIERTO
La mayoría de las edificaciones de Los Pinos fueron adaptadas en este gobierno como espacios para escuelas de música y arte, museos, auditorios y áreas de esparcimiento, pero hoy el destino de esta residencia es incierto.
Los arquitectos obradoristas que realizan el inventario no le hallan otro uso diferente para la cual fue creada: como vivienda.
SET DE MODELAJE
> En noviembre de 2014, Angélica Rivera y su hija Sofía Castro posaron en “su otra casa blanca” para la revista Marie Claire.
> Algunas fotos fueron publicadas en blanco y negro.
Con información de Proceso