El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el mensaje en el Zócalo por su primer año de gobierno, culpó al expresidente Felipe Calderón de lanzar la llamada guerra contra el narcotráfico y desatar la violencia que aún padece el país.
“Entre 2006 y 2018 los gobernantes pretendieron resolver la inseguridad y la violencia delictiva mediante acciones de fuerza militar y policial, sin atender el fondo del problema”, aseguró.
En el inicio de su mandato, mencionó López Obrador sobre Calderón -a quien mencionó por su nombre, directamente-, “para tratar de legitimarse luego del fraude electoral” ordenó que las fuerzas armadas en Michoacán enfrentaran de manera frontal al crimen.
Esa decisión, señaló López Obrador, fue “irresponsable”, dejó un “saldo pavoroso” de muertos, desaparecidos y una crisis de derechos humanos, de la que el país aún padece las consecuencias.
Según dijo el presidente, con Calderón se determinó “limpiar” al país como fuera, con ajusticiamiento, masacres o exterminio.
En los altos mandos militares, aseguró López Obrador, se decía en ese entonces “ustedes acábenlos, y nosotros nos encargamos de los derechos humanos”, aunque no detalló quién específico llegó a dar ese tipo de mandato.
“La mejor prueba de este proceder autoritario es que ese sexenio ostenta la mayor letalidad en combate desde la Revolución Mexicana. Ese indicador se obtiene del promedio de presuntos delincuentes muertos o rematados en enfrentamientos, comparado con los heridos y detenidos presentados por las fuerzas militares ante la autoridad”, dijo López Obrador.}
“En solo dos años del gobierno de Calderón (2011-2012), se registraron mil 898 enfrenamientos en los que murieron dos mil 459 personas, resultaron heridos 231 y fueron detenidos mil 519; o sea, 709 muertos más que el número de heridos y detenidos”, agregó.
De 2010 a 2012, insistió el presidente, 154 militares y navales murieron, 51 por año, mientras en 12 meses de este gobierno, solo 15 miembros de las fuerzas armadas han fallecido.
“Es obvio que esta absurda y desquiciada estrategia no se repetirá”, dijo el presidente López Obrador.
A las Fuerzas Armadas, mencionó el mandatario federal, no se les usará para cometer excesos o para cumplir órdenes inhumanas, y el problema de la inseguridad se está combatiendo atendiendo las causas, “con acciones guiadas por el principio de que la paz es fruto de la justicia”.
Una prueba de ese cambio de estrategia, defendió López Obrador, son las decisiones que se tomaron ante la “crisis de terror y miedo en Culiacán”, desatada luego de un operativo para detener a uno de los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán.
“En esa verdadera prueba de fuego en la que la delincuencia salió a la calle con armas de alto calibre y se vivió un alto riesgo, se prefirió detener el operativo y liberar al implicado para evitar una masacre en la que habrían perdido la vida centenares de personas, la mayoría civiles, gente inocente, según el cálculo de las Fuerzas Armadas”, expresó el presidente.
“Podrán decir nuestros adversarios que demostramos debilidad, pero nada vale más que la vida de las personas”, agregó.
Disminuir la incidencia delictiva en el país, aseguró, “constituye nuestro principal desafío pero estamos seguros de que vamos a serenar a México con el apoyo del pueblo y con el trabajo coordinado de todo el gobierno”.
Luego de mencionar que no hay duda de la lealtad de las Fuerzas Armadas, López Obrador pidió un aplauso para el Ejército.
En su discurso de cerca de hora y media, López Obrador presumió las cifras de personas beneficiadas por los programas sociales del Bienestar, y que hay finanzas públicas sanas. También dijo que “el cambio está a la vista” y que se ha combatido la corrupción, “poniendo orden desde la cúpula del poder”.
Este año el ahorro por evitar corrupción en adquisición de bienes y servicios, indicó, será de 200 mil millones de pesos.
En el aspecto económico, reconoció que aún no hay el crecimiento esperado, aunque defendió que existe una mejor distribución de la riqueza.
“El presupuesto público no se queda en pocas manos, llega más a la mayoría de la gente; cumplimos un año de gobierno y a diferencia de otros inicios de sexenio, no hemos devuelto o condonado impuestos a patrocinadores de campañas políticas; no hemos privatizado bienes públicos ni hemos declarado la guerra a nadie; solo a la corrupción y a la impunidad”, expresó el mandatario federal.
En la última parte de su mensaje, López Obrador mencionó que necesitará un año más para consolidar la transformación de país que impulsa su gobierno, y entonces “será prácticamente imposible regresar a la época de oprobio que significó el periodo neoliberal o neoporfirista”.