El año que empieza promete ser el más difícil de la presidencia de Donald Trump. Uno donde no sólo enfrentará un juicio político en el Senado, sino también una campaña por la reelección y la definición de un legado esquivo y polémico en la Casa Blanca.
El mandatario terminó 2019 con la mayoría de la Cámara de Representantes aprobando dos cargos en su contra por abuso de poder y obstrucción al Congreso, además de una opinión pública dividida sobre su imagen y acciones. En 2020 el camino es aún más tortuoso.
Trump aún cuenta con un Partido Republicano unido alrededor de su figura y una base política extremadamente conservadora con una lealtad a toda prueba. Pero todavía no está claro si eso será suficiente para que logre anotarse 2020 como un año de triunfos.
“Tras el gobierno de Trump se ha acentuado una polarización importante en el país y eso pone a republicanos y demócratas en una situación precaria entrando a 2020, cuando se habla de avances legislativos y también de cómo enfrentarán la elección”, aseguró a Univisión Noticias Brandon Rottinghaus, analista político y profesor de la Universidad de Houston.
Juicio político
Trump inicia el año enfrentando la segunda parte de su juicio político; ahora en el Senado. Esta vez el proceso será distinto, no solo por la diferencia en las reglas de la Cámara Alta, sino por sobre todo, porque ahí los republicanos cuentan con una mayoría de 53 escaños. Suficiente para anular cualquier proceso en su contra.
Los demócratas necesitan 67 votos para aprobar la destitución de Trump. La mayoría de los expertos coincide en que el proceso será simplemente una formalidad y que su única consecuencia real será el impacto que provoque entre los votantes estadounidenses.
Una medición realizada por el sitio FiveThirtyEight enfocado en mediciones de opinión pública estimó que un 47.8% del país apoya el proceso contra Trump, mientras un 46% lo rechaza.
Más allá del presidente, el juicio político repercutirá en los senadores que deberán estampar un voto en el pleno del Congreso y que ahora enfrentan una reelección difícil, donde un tema tan polarizante como este puede hacer la diferencia en una elección reñida. Entre ellos los republicanos Cory Gardner de Colorado, Martha McSally de Arizona, Thom Tillis de Carolina del Norte y el demócrata Doug Jones de Alabama.
En busca de un legado
Decir que Trump ha redefinido lo que significa ser presidente de Estados Unidos, es casi una trivialización. Si 2020 se convierte en su último año en la Casa Blanca, el magnate correrá los restantes 100 metros de su legado este año. El cuadragésimo quinto presidente de este país ha dejado más de 11,000 mensajes en Twitter y con ellos enfrentado sin tapujos a ex amigos y enemigos, líderes internacionales y a la prensa, condenándolos a críticas sin filtro.
Entre sus mayores logros la Casa Blanca destaca el estado de la economía. Bajo la presidencia de Trump el desempleo ha llegado a un 3.6% y el crecimiento económico a un 2.1%.
En su campaña prometió un muro y nadie puede negar que ha luchado por él en cada oportunidad que tiene. Para finales de 2020 Trump estimó que habrá construido cerca de 500 millas de muro.
El presidente también se ha destacado por un estilo rudo e incluso extremo en asuntos comerciales internacionales, lo que le anotó el triunfo de la renegociación de NAFTA y lo llevó a una guerra comercial con China.
“El legado del presidente hasta ahora ha sido una combinación de caos político y drama, junto con un crecimiento económico y logros legislativos. Es algo que no hemos visto en largo tiempo y desafía la sabiduría política convencional”, explicó a Univisión Noticias Brendan Steinhauser, exdirector de campaña de John Cornyn, senador republicano de Texas y cofundador de la firma Steinhauser Strategies.
Por sobre todo Trump enfrenta 2020 en Washington como lo hizo en 2016, como un antipolítico que no se somete a las reglas tradicionales.
Campaña presidencial
Este año Trump enfrenta su desafío más grande: igualar su sorpresivo triunfo de hace tres años, donde logró identificar a los estadounidenses que se sienten relegados y hastiados de la política.
Un hito en que sorprendió al país ganando estados donde los demócratas caminaban en un terreno sólido como Pennsylvania, Ohio, Wisconsin, Iowa y Michigan.
Es por eso que 2020 será el año de “el candidato Trump”, el rol donde el republicano parece más cómodo. “Su campaña lo seguirá mostrando como alguien que no es parte de Washington y nunca lo será, un disruptor del orden político tradicional que no es perfecto, pero que ha traído cambios a Washington”, dijo Rottinghaus.
“Creo que el Partido Republicano se tendrá que apoyar mayormente en su base en 2020, porque muchas mujeres, minorías y votantes independientes están dejando al partido y al Presidente. Creo que el Partido Republicano puede sobrellevar eso por una última elección, apoyándose solamente en su base. Después será muy difícil ganar de esta forma”, explicó Steinhauser.
Hasta ahora el Partido Republicano ha defendido a Trump en bloque en el Congreso, pero en el terreno electoral aún no está claro si esa alianza no dejará ver sus grietas naturales, sobre todo entre los republicanos moderados que nunca han sido seguidores del presidente.
Pase lo que pase en 2020, si hay algo claro es que Trump se mantendrá fiel a quien ha sido durante estos tres años y abrirá el año como cerró 2019, enfrentando a quien aparezca en su camino.