* Por el saqueo y tráfico de piezas arqueológicas en Monte Albán interpondré las denuncias correspondientes ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para que se investigue y exija al Gobierno de México que sean sancionados.
* Sabedor del alto riesgo que corro ante porros-sicarios con 120 órdenes de aprehensión, solicito a mis amigos-hermanos militares, generales, oficiales y tropa, dentro y fuera del país, se mantengan vigilantes de mi integridad física y mi vida y la de mi familia.
Ante la invasión de mis tierras en Santa Cruz Xoxocotlán, me veo en la imperiosa necesidad de denunciar el tráfico de tierras, drogas, armas, piezas arqueológicas de Monte Albán y trata de blancas en ese municipio conurbado.
Mi pueblo de origen, se ubica en el “cinturón del vicio” en la zona metropolitana. Se ha convertido en un foco rojo en materia de seguridad pública y seguridad nacional, desde la década de los años 60 y 70 al iniciar la invasión de tierras.
Los organismos de inteligencia civiles y militares no ignoran que en las agencias municipales y colonias de Santa Cruz Xoxocotlán existen “casas de seguridad” de la delincuencia organizada y de grupos armados radicales.
No hay que olvidar que Flavio Méndez Santiago, alias El Amarillo, fundador del cártel de Los Zetas, fungió como director de Seguridad Municipal de Santa Cruz Xoxocotlán, y recientemente se acusó al alcalde Alejandro Emanuel López Jarquín de proteger al Tesorero Municipal, Juan Manuel Avalos Martínez de estar vinculado al narcotráfico y a sicarios.
Hago un vehemente llamado a intervenir e investigar todos los tráficos que existen en ese municipio conurbado al Presidente Andrés Manuel López Obrador y al Gobernador Alejandro Murat Hinojosa, así como a la Fiscalía General de la República (FGR).
Extiendo este justo reclamo, de manera respetuosa, a las Fuerzas Armadas, en especial a mi General Luis Cresencio Sandoval y al Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina-Armada de México.
Hago lo propio con el General Luis Rodríguez Bucio, Comandante de la Guardia Nacional, y al General Audomaro Martínez Zepeda, titular del Centro Nacional de Inteligencia, para que tomen cartas en este asunto de seguridad nacional.
De manera cordial y respetuosa demando al Presidente Andrés Manuel López Obrador y al Gobernador Alejandro Murat Hinojosa que “amarren a la jauría” que invadió mis tierras, en el paraje del arroyo El Coquito.
En la mafia del tráfico de tierras participan presumiblemente los delegados y subdelegados federales de la Procuraduría Agraria (PA), Gonzalo Villalobos López y la encargada del despacho del Registro Agrario Nacional (RAN), Carmen Verónica Rivera, como lo hicieron sus antecesores de la mafia del poder del PRIAN.
Lo mismo ocurre presuntamente en el tráfico de piezas arqueológicas por trabajadores y ex trabajadores del Centro Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como Erasmo en complicidad con el ex director federal, Joel Omar Vásquez Heredia, y el actual director Ilan Vit Suzan.
Interpondré las denuncias correspondientes ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) por el saqueo y tráfico de piezas arqueológicas para que se investigue y exija al Gobierno de México que sean sancionados.
Hago extensiva esta misma petición al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, para que investigue el lavado de dinero por todo tipo de tráficos en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán.
Durante su reciente visita a la capital oaxaqueña frente al Fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez, comenté al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo, sobre el lavado de dinero que se realiza en Oaxaca.
Exijo que “amarren a sus perros” al Presidente Municipal de Santa Cruz Xoxocotlán, Alejandro Emanuel López Jarquín, y a los jefes de las mafias de Bienes Comunales Silvano Reyes Medina y de Bienes Ejidales, Gilberto Matías Enríquez.
Al estar en juego mi patrimonio familiar, me veo obligado a demandar, también la intervención de Ismael “El Mayo” Zambada y de Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes, para que no les echen a perder su negocio en Oaxaca.
Demando la intervención del comandante general del Ejército Popular Revolucionario (EPR), Tiburcio Cruz Sánchez, porque la invasión de tierras por Juan Alberto Ángeles, Ángel y Mauro Bartolano, pone en riesgo sus “casas de seguridad”.
Está por demás visto que si intervienen las Fuerzas Armadas, especialmente la Marina-Armada de México, con apoyo de elementos de las agencias de seguridad de Estados Unidos, sus elementos actuarán contra todos por el tráfico de armas, drogas, trata de blancas y grupos armados.
Sabedor del alto riesgo que corro ante porros-sicarios con 120 órdenes de aprehensión, como solicito a mis amigos-hermanos militares, generales, oficiales y tropa, dentro y fuera del país, se mantengan vigilantes de mi integridad física y mi vida y la de mi familia.
Al mismo tiempo, pido a mis amigos-hermanos como Arturo Galván Romaní “El Gitano”, padrino respetado por todos los cárteles, tomar nota del riesgo que yo y mi familia corremos al denunciar el tráfico de tierras, drogas, armas, piezas arqueológicas de Monte Albán y trata de blancas.
Encarecidamente pido con humildad, respeto y dignidad con los güevos en las manos, por favor no abramos las puertas del infierno. En las guerras todos perdemos. El Código de Honor me obligar a avisar porque el que lo hace, no traiciona, y que sea lo que Dios diga.
Hago un vehemente llamado a todos aquellos que han sido invadidos y despojados de sus tierras en las diversas regiones del Estado, para formar un Frente Amplio en Defensa de Nuestras Tierras y defender nuestro patrimonio de manera organizada. ¡Tenemos derecho a la legítima defensa!
@efektoaguila