Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).– Estudiantes de 10 planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mantienen paros de labores para exigir espacios educativos libres de violencia de género y garantías de seguridad. Las mujeres son las que desde noviembre de 2019 encabezan las protestas y coinciden en que durante estos meses las autoridades escolares han dado muestra del machismo que impera en la institución, pues constantemente descalifican el movimiento estudiantil e intentan minimizar sus demandas en lugar de resolverlas. “La universidad no puede soportar que ahora somos las mujeres jóvenes las que estamos alzando la voz”, coincidieron manifestantes.
Si bien en las protestas estudiantiles en los seis planteles de educación media superior y las cuatro facultades de la UNAM que permanecen en paro también participan hombres, las universitarias son las que lideran el movimiento con una demanda en común: castigo a quienes han sido señalados como agresores. Las estudiantes ven que ésta característica es una de las principales razones por las que sus demandas siguen sin ser atendidas.
Comparan las respuestas que ha dado la universidad con las que ofreció en 2018, cuando un grupo de personas identificadas por la institución como porros golpearon a estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades frente a la Rectoría, en Ciudad Universitaria; en esa ocasión pasaron sólo semanas para que las personas identificadas fueran expulsadas de la UNAM y presentadas ante la entonces Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. Ahora, criticaron alumnas entrevistadas por SinEmbargo de manera anónima, “las autoridades escolares no hacen nada por resolver la situación porque no les importa, porque es violencia de género y estamos en una universidad machista que encubre a agresores de mujeres”.
Alumnas de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) número 3 que conforman el colectivo Rosas Rebeldes criticaron el adultocentrismo que han mostrado tanto directivos de los planteles de la UNAM en paro como la propia Rectoría, liderada por Enrique Graue Wiechers.
“Ellos creen que por ser jóvenes no sabemos lo que queremos, no se dan cuenta de que no vamos a ceder hasta que resuelvan todas nuestras exigencias y que contamos con el apoyo de la comunidad estudiantil. Demeritan nuestras demandas al no crear las condiciones adecuadas para dialogar, publican comunicados en sus páginas oficiales asegurando que llegaron a acuerdos con nosotras cuando no es verdad”, denunció una de las alumnas.
En ese sentido ya se había pronunciado una estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) -en paro desde el 4 de noviembre- e integrante del colectivo Mujeres Organizadas de la FFyL en entrevista con este diario digital. “Sus intenciones de diálogo son muy contrarias a las nuestras, ellos [Rectoría y autoridades escolares] no quieren llegar a acuerdos, sólo quieren las aulas y lo reiteran en todos sus comunicados. Para ellos el fin es reanudar las actividades académicas, no es que nuestras vidas dentro de la escuela sean dignas, que no tengamos que convivir con nuestros agresores. Su objetivo es poder regresar a la normalidad y a la comodidad que tanto les gustaba”, criticó.
A cuatro meses de que las protestas iniciaron en la UNAM y ante las presiones ejercidas por alumnas de los diferentes planteles para frenar la violencia contra las mujeres, el Rector Enrique Graue anunció el 28 de febrero la creación de una Coordinación de Igualdad de Género y ocho acciones a desarrollar en los próximos días, sin embargo, ninguna de ellas hace referencia a la expulsión inmediata de académicos o personal administrativo señalados por la comunidad estudiantil por acoso o violencia de género, una demanda que los planteles en paro establecieron como condición para levantar los paros.
Esa misma noche la Facultad de Economía se sumó a la lista de escuelas de la UNAM en paro luego de que un grupo de mujeres encapuchadas realizaron una cadena humana para impedir el paso a las aulas. Las otras facultades cerradas por tiempo indefinido son la de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Sociales y Psicología. Mientras que las sedes Sur y Azcapotzalco del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), así como los planteles 3, 6, 8 y 9 de la ENP también mantienen paros de labores.
AGRESIONES, LA CONSTANTE
Estudiantes del CCH Azcapotzalco, de la ENP número 3 y de la FFyL han señalado en entrevista a las autoridades universitarias como las incitadoras de la violencia entre la comunidad estudiantil, por ejemplo, al atribuirles actos violentos cuando estos suelen estar relacionados a grupos de choque o al prolongar las protestas porque no cumplen con las demandas.
“Pensamos que la jugada de Rectoría es cansarnos a nosotras y las compañeras de otras universidades para llevarnos a un límite para debilitar el movimiento, e incluso ponernos en contra de la comunidad estudiantil”, dijo a SinEmbargo una estudiante de la ENP 3.
A ello se suma que mediante comunicados la universidad critica las formas de protestar como cubrir sus rostros, aunque ellas resaltan que la criminalización de la UNAM las ha orillado a proteger su identidad. “La semana que iniciamos el paro -el 12 de noviembre- una persona marcó al teléfono de la mamá de una de nuestras compañeras y le dijeron ‘este es el último movimiento de su hija’”, denunció.
“Se nos ha dicho que no pertenecemos a la universidad, pero no entienden que nos encapuchamos por seguridad y porque el movimiento de mujeres es horizontal. Estamos hartas de que exista una cabeza, una voz, y queremos visibilizar que es un problema que nos aqueja a todos los planteles, porque todos los que protestan compartimos las situaciones de acoso que quedan impunes”, abundó una de las manifestantes de preparatoria.
Desde que entraron en paro las y los estudiantes de preparatorias, CCH y facultades que protestan se han enfrentado a campañas de difamación y ataques de grupos que se oponen al diálogo en las instalaciones que ellos resguardan. Por ejemplo, colectivos de la ENP 9 difundieron el mes pasado conversaciones por What’s App en la que supuestos padres de familia se organizan para acudir a las instalaciones, golpear a las y los manifestantes y sacarlos de la escuela para retomar las clases.
Mientras que el CCH Azcapotzalco fue atacado hace tres semanas son gases arrojados del exterior al interior, y estudiantes de la Preparatoria 5 también fueron lesionados por policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México para evitar que alumnos volvieran a tomar la escuela.
DEMANDAS SIN CUMPLIR
Facultad de Filosofía y Letras: El 4 de noviembre de 2019 el colectivo Mujeres Organizadas FFyL tomó las instalaciones por 12 horas. Al no obtener respuestas positivas el 5 de noviembre comenzaron con el paro que hasta ahora sigue activo.
En su pliego petitorio exigen que las denuncias de acoso que decenas de mujeres de la FFyL han hecho en los últimos años se investiguen y se reabran las que tuvieron resultados poco favorecedores. Además, las mujeres organizadas buscan modificar los artículos 95, 98 y 99 del Estatuto General Universitario, para que la violencia de género se considere una falta grave. Aunque el 12 de febrero el Consejo Universitario aprobó modificaciones al artículo 95 para ello no explicó qué tipo de acciones constituyen esta violencia ni incluyó sanciones específicas para agresores.
Otras de sus demandas son transparencia de los registros de violencia de género en la universidad; la creación de una comisión tripartita conformada por alumnas, académicas y trabajadoras encargada de supervisar a la Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias; capacitación y sensibilización obligatoria sobre violencia de género para la comunidad universitaria e incorporar esta perspectiva a los plantes de estudio, así como una disculpa pública a la familia de Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante que desapareció al salir de su casa en Iztapalapa en 2018, pues consideran que la actitud de la universidad ha sido omisa.
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: Alumnas comenzaron el 30 de enero del 2020 un paro indefinido luego de considerar que no son suficientes los ocho compromisos hechos el martes 19 de noviembre del 2019 por la directora del plantel, Angélica Cuéllar Vázquez, para frenar la violencia de género. Las universitarias exigen que las denuncias de estos casos concluyan con justicia y seguridad para las denunciantes; materias obligatorias sobre perspectiva de género para todas las licenciaturas, así como cursos para personal académico y administrativo y la destitución de trabajadores señalados como agresores.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia: El 26 de febrero alumnos decidieron iniciar un paro por tiempo indefinido como protesta contra la reelección del director de la institución, Francisco Suárez Güemes. El Colectivo Artemisas Veterinaria aclaró que las demandas estudiantiles no responden a interés de grupos políticos dentro de la facultad. “Esta lucha es por la equidad de género, erradicación de profesores acosadores e instalaciones dignas en los centros de enseñanza”, se lee en un comunicado del grupo publicado esta semana.
CCH Sur: Desde el 5 de febrero estudiantes mantienen un paro por la negligencia de las autoridades al atender los casos de violencia de género y en solidaridad con otras escuelas de la UNAM que denuncian lo mismo. Las personas denunciantes aseguran que en el plantel se han registrado casos de violación sexual a estudiantes y que no cuentan con condiciones de seguridad, pues constantemente son asaltados.
CCH Oriente: Estudiantes decidieron comenzar un paro desde el 5 de febrero para protestar por la respuesta tardía de las autoridades del plantel ante los tres feminicidios integrantes de la comunidad estudiantil y el homicidio de un compañero registrados en los últimos años, así como la falta de respuesta ante casos de violencia de género.
CCH Azcapotzalco: El lunes 24 de febrero las estudiantes del plantel tomaron las inmediaciones en un paro de 28 horas realizar un pliego petitorio que incluyera la petición por justicia de una estudiante que fue agredida con navajas en un baño del colegio. También pidieron la destitución del director del plantel, Javier Consuelo Hernández. Dos días después colectivos anunciaron que iniciaría un paro de labores indefinido.
ENP 3: Desde el 21 de enero los colectivos Rosas Rebeldes, Bloque negro y estudiantes organizados de la ENP 3 comenzaron un paro indefinido porque la dirección seguía sin cumplir un pliego petitorio entregado en 2018. Las y los estudiantes exigen garantías de que no recibirán represalias por protestar; piden la destitución definitiva del director y del Secretario de Apoyo a la Comunidad, Enrique Medina López; el respeto a espacios estudiantiles; la investigación de casos de acoso sexual, discriminación y homofobia; la contratación de especialistas en perspectiva de género y reparar los espacios en mal estado como cafeterías, baños y salones.
ENP 8: El 19 de febrero alumnos retomaron el paro que habían iniciado el 12 de enero y posteriormente levantado. Las y los estudiantes denuncian que autoridades de la preparatoria son omisas para atender los casos de violencia de género y otros hechos violentos como asaltos y venta de drogas.
ENP 9: Mujeres de distintos grados tomaron las instalaciones el 12 de noviembre para exigir que las denuncias por violencia contra las mujeres se atiendan, pues han denunciado el acoso frecuente de profesores. Las y los alumnos que se han sumado a la exigencia piden la investigación de presuntos actos de corrupción de directivos del plantel.
ENP 6: Mujeres estudiantes, respaldas por compañeros, mantienen un paro de labores para protestar por la violencia de género en el plantel y la falta de sanciones hacia profesores y estudiantes señalados como agresores. Las y los manifestantes han denunciado la criminalización que enfrentan, tan sólo la noche de ayer expusieron en redes sociales que personal académico, así como madres y padres de familia, los agredieron e impidieron la salida y entrada del plantel, hecho que la UNAM negó, sin embargo, las paristas por la presunta violación de sus derechos humanos.