*El Hospital Civil tiene 28 respiradores artificiales, pero solo 8 funcionan, el resto está en reparación
*Además el nosocomio enfrenta un adeudo a proveedores de 4.5 millones de pesos y le llueven los cobros de proveedores a los SSO
La Emergencia Sanitaria por el COVID-19 removió y sacó nuevamente a la luz pública las carencias del sistema de salud en Oaxaca. En Hospitales y Clínicas de la entidad la demanda es la misma: no existen insumos para hacer frente a esta pandemia y otras enfermedades.
A unas cuadras del centro de la ciudad, la advertencia es contundente: “Nosotros también tenemos familia, no tenemos como ayudarte”, se lee en el acceso a uno de estos nosocomios en donde los guantes, cubrebocas, gel antibacterial, batas y materiales indispensables no son suficientes o no existen.
De acuerdo a cifras del gobierno del estado se estima que entre 500 y 800 oaxaqueños podrían requerir de hospitalización en la etapa crítica debido a las afectaciones a la salud por el virus.
Sin embargo las cifras podrían rebasar los 10 mil pacientes, según cálculos del secretario General de la Subsección 07 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTSA), Alberto Vásquez Sangermán; es decir un tres por ciento de los más de tres millones 900 mil habitantes.
Situación que podría colapsar al menos al Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso”, en donde sólo existen 28 respiradores artificiales de los cuales ocho funcionan y el resto se encuentra en reparación.
Con una deuda que rebasa los cuatro millones 500 mil pesos; es decir 500 millones de pesos más de lo que necesita para su mantenimiento anual, los proveedores de medicamentos, insumos y demás han exigido sus pagos a las autoridades del nosocomio.
Pero la situación es aún más crítica de acuerdo a Vásquez Sangermán debido a que en este momento el nosocomio sólo trabaja con el 35 por ciento de abasto de medicamentos con más de mil 300 pacientes que tienen que atenderse y 180 camas, lo que ha saturado el servicio a más del 120 por ciento.
Hospitales destinados para atención del COVID-19 con graves carencias
El colapso del sistema de salud se presentó desde hace dos sexenios, cuando el exgobernador Ulises Ruíz Ortiz dejó 102 hospitales inconclusos y en litigio, entre estos el Hospital Rural de Tlaxiaco, el cual fue reinaugurado este miércoles por el presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Alejandro Murtat Hinojosa.
El nosocomio que por más de 10 años fue abandonado atenderá a 11 mil 600 habitantes de la región de la Mixteca en las especialidades de traumatología y ortopedia; cuenta con 44 camas de hospitalización y seis de cuidados neonatales.
Tras equiparlo al 100 por ciento con herramientas propias y no rentadas será uno de los cuatro que atienda a pacientes con COVID-19 al igual que el de la Mujer y el Niño Oaxaqueño en San Bartolo Coyotepec; el de Tanivet en Tlacolula de Matamoros y el de Juchitán de Zaragoza.
Este último no cuenta con agua potable, luz y drenaje pese a que se anunció que en un lapso de 10 días se inauguraría y que estaría a cargo de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena).
El comandante de la 46 Zona Militar en Ixtepec, Higinio Gabriel Castillo precisó que el hospital Materno-Infantil que construye el Grupo Mexico, se encuentra al 93 por ciento de su construcción y su equipamiento demoraría medio año.
En tanto el gobierno estatal reconoció las carencias, del nosocomio que estaría equipado con 60 camas, y anunció que se instalaría en breve al menos uno de los tres servicios que requiere pero nada se sabe de cuándo estaría listo para su funcionamiento.
Mientras que el de Tanivet,Tlacolula, mismo que se ubica al interior del Centro Estatal de Reinserción Social de Mediana Seguridad, está inconcluso y sin equipamiento. Hace cinco años la Auditoria Superior de la Federación (ASF), detectó una serie de anomalías en su construcción.
La situación no es menos crítica con el Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueno, el cual tardó cerca de 10 años en construirse, debido a que pese al equipamiento que presuntamente se realizó no ha iniciado con operaciones.
”No se puede operar sino existen el personal médico ”, aseguró el secretario General de la Subsección 07 del SNTSA, Alberto Vásquez Sangermán.
El sector salud mantiene una deuda ancestral de más de seis mil millones de pesos en materia de servicios personales, fiscales y adeudos a terceros.
Comunidades de alta y muy alta marginación las más vulnerables
La presunta renuncia del secretario de Salud, Donato Casas Escamilla, la cual no se ha hecho oficial, mantiene preocupados a médicos y enfermeras, que debieron ser recontratados desde diciembre pasado.
Pero además ha dejado sin servicios de salud a cerca de cinco mil unidades de las distintas regiones de la entidad consideradas de alta y muy alta marginación, quienes se han quedado sin galenos o en el mejor de los casos sólo uno atiende a cientos de hombres y mujeres.
En plena emergencia sanitaria unos 300 médicos y enfermeras del programa U013 Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral exigieron a Casas Escamilla su recontratación y el esclarecimiento de 222 millones de pesos que serian destinados para este sector.
El médico Saul Medina García aseguró que el recurso fue liberado desde noviembre del 2019, un mes antes de que desapareciera el Seguro Popular, al cual pertenecían, desde entonces el encargado de la salud de las y los oaxaqueños les ha prometido su recontratación.
“Hay gente en las comunidades más alejadas que no cuentan con un médico para prevenirlos o entenderlos por el Coronavirus”, lamentó el galeno.
La federación destinó más de mil millones de pesos, de los cuales 222 millones de pesos serían para Oaxaca para que los empleados fueran recontratados ante la extinción del Régimen Estatal de Protección Social en Salud.
Sin embargo las autoridades en la materia han mantenido a los empleados bajo promesas “desde enero de este año nos han engañado con la contratación”, puntualizó el médico.