* El miedo, la histeria, desinformación, la poca transparencia en la toma de muestras, llevan a la discriminación, a la violencia y al mal trato hasta por parte de personal médico a personas catalogadas como casos sospechosos
“La mayoría de las personas ven por sus intereses, algunos médicos y enfermeras demuestran cuánto se ha perdido la relación médico paciente y a algunos directivos de instituciones no les interesa la transparencia ni hablar con la verdad cuando nos dan a conocer los números”, aseguró una joven cuyo caso fue catalogado como sospechoso el mes pasado en el Hospital General de Zona número 2 en Salina Cruz y quien considera que los Servicios de Salud podrían estar ocultando cifras.
En entrevista, de la cual contamos con un audio de 20 minutos, Mireya (a quien nombraremos así por su propia protección), labora en el sector salud, habló de cómo fue tratado su caso, que se quedó en “sospechoso” pues nunca le entregaron los resultados de las presuntas pruebas que se le hicieron y que fueron muy dolorosas.
La joven de 26 años de edad, familiar de dos pacientes confirmados con COVID-19, fue hasta señalada como un “peligro” por un sujeto que habló de un número desconocido, para el municipio de Salina Cruz, después de ir a urgencias con síntomas de los del virus que ha cobrado, oficialmente, 141 muertes en el país y una vida en Oaxaca.
Del personal médico recibió mal trato, discriminación, hubo quien, sin el mínimo tacto, entró a su casa, esculcó sus pertenencias y se quejó con ella que si hacía la prueba era porque “no le quedaba de otra” porque era el único especialista en ese momento para hacerlo.
Mireya acudió a consulta médica un viernes, presentaba dolor de garganta y tos seca, dolor de oídos, fiebre superior a los 38 grados, náuseas, vómitos, perdió el sentido del gusto, y fue en la mañana del sábado que se enteró que dos de sus familiares en la Ciudad de Oaxaca, con quienes tuvo contacto a través de una tercera persona, salieron confirmados por COVID-19.
Acudió de inmediato al servicio de urgencias en el Hospital de Salina Cruz, la médico en urgencias que la atendió, a quien le comentó de sus antecedentes familiares, le hizo una revisión de garganta, le mandó tomar muestras médicas y una radiografía y la mandó a su casa con 14 días de incapacidad y paracetamol, catalogándola como “caso sospecho”.
Algunas personas trabajadoras, quienes entraron en pánico, presionaron a autoridades para que se le hiciera la prueba por COVID-19, para el jueves que aún seguía con síntomas, dos médicos acudieron a su domicilio y le tomaron la prueba, introdujeron un cepillo a su nariz y con otro instrumento (isopo), le rasparon la garganta y se llevaron la prueba, entrando sin permiso a su domicilio particular, esculcar parte de la habitación, y aparentemente molestos, uno de ellos diciendo que estaba ahí porque no le quedó de otra y porque nadie más quería ir.
Durante todos esos días, Mireya asegura que recibió llamadas, algunas de personas conocidas, entre ellas personal médico, otras de desconocidas diciéndole que se fuera a México, que saliera de Salina Cruz, que por irresponsable estaba enferma, que no era de ahí como para que contagiara a un pueblo sano y que era un “peligro”, que su caso podría generar un “caos y exterminio” para esa ciudad.
“Un hombre, quien nunca me dijo su nombre, me pidió que me fuera o él mismo me iría a sacar de mi casa, que la iba a quemar, que si yo no era responsable, él tomaría la responsabilidad por mí. Era de un número de teléfono local, con lada 971”, explicó.
Mencionó que estuvo con malestares toda la semana y al siguiente miércoles un coordinador le informó que el resultado de las pruebas que le tomaron fue negativo y que se presentara a trabajar, pese a que tenía todavía los dolores de garganta; al pedir los resultados, le dijeron que no sabían de ellos, que sólo eso informaron.
“No sé qué pasa con las instituciones, si sea porque no quieren alarmar a la población, porque no tienen material para hacer las pruebas, o porque les conviene más dejar los casos como sospechosos, así he conocido varios. Apenas una nena que murió tenía también los síntomas, la tenían catalogada como neumonía atípica y pese a que le tomaron los estudios murió antes de saber los resultados” reveló Mireya.
La joven oaxaqueña dijo sentirse decepcionada de la sociedad, del personal de salud, la gente en general ve por sus propios intereses y no le importa entender o auxiliar a otras personas, “a personas enfermas las dejan solas, con su enfermedad y atacándolas en lo emocional”, mientras que mucho personal médico ve a pacientes como números, cifras, como la enfermedad en sí misma, no como seres humanos que necesitan un trato digno.
“Mucho personal en medicina se ha perdido, no comprende que se atiende a personas no a enfermedades, la atención se ha despersonalizado, la relación médico paciente se ha perdido, deberíamos hacer una reflexión y cambiar esto, no podemos estar como el cangrejo e ir para atrás como comunidad”, puntualizó la joven.
Oaxaca tenía hasta ayer 35 casos confirmados por COVID-19
Las cifras oficiales registraban hasta ayer 35 casos confirmados por COVID-19 en el estado de Oaxaca, de éstos una persona perdió la vida en días pasados, hay 61 sospechosos que están en espera de resultados del Laboratorio Estatal de Salud Pública y 237 son negativos.
Es importante destacar que los Servicios de Salud de Oaxaca no proporcionan las cifras oficiales, los medios de comunicación tienen que apoyarse en las estadísticas que a nivel nacional reporta la Secretaría de Salud, por ello muchas veces no se tienen los datos completos, al menos los números de casos por regiones.
Mientras que a nivel nacional hasta anoche fueron reportados 141 muertos, 2785 casos positivos y 7526 sospechosos.