*Todos son culpables, a partir de Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y AMLO.
*Sin que se trate de un castigo divino, la pandemia del coronavirus SARS-COVID-19, sentó en el banquillo de los acusados de la Historia a todas las cúpulas de las mafias del poder en México.
(La estupidez humana mata más cruelmente que el coronavirus SARS-COVID-19. Un grupo de jóvenes, a bordo de un auto compacto rojo, atropellaron ayer en la madrugada en la calle Matías Romero, en la Unidad del ISSSTE, a mi amigo “Wairi”, un perro callejero, y le rompieron la columna vertebral, seccionándole la médula vertebral. Hubo necesidad de dormirlo.
Agradecemos cualquier información que permita identificar a los probables responsables y a las asociaciones protectoras de animales su apoyo, para llevar a los presuntos criminales ante las autoridades. ¡Exigimos al Municipio capitalino y la Fiscalía General del Estado sancionar enérgicamente a quienes agreden y matan a los animales, por estúpida diversión!)
¡Consummatum est!¡Todo está cumplido! La Escritura se cumplió hasta el final.Un año más renació la crucifixión y muerte de Jesús. Ahora, frente a la pandemia del coronavirus COVID-19.
En el marco dela máxima conmemoración cristiana del Viernes Santo,permítasenos compartir una reflexión con ustedes, queridos lectores, a la luz de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz.
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Sin restar importancia a las seis palabras restantes, a nuestro juicio especialmente esta frase resalta en el tiempo que vive México.
Ciertamente, ¡Perdónalos Señor, porque la Historia ya les condenó! Y lo hizo por igual con la mafia del poder del PRIAN y el PRD, que con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Todos son culpables, a partir de Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón, Enrique Peña Nietoy AMLO.
Sería estúpido negar la realidad de la escandalosa corrupción que pudrió al pueblo y gobierno de México. Y lo hizo, especialmente con las otrora sólidas instituciones nacionales, laicas y religiosas.
«O tempora, o mores» ¡Qué tiempos, qué costumbres! La locución latina utilizó Marco Tulio Cicerón en su primera Catilinaria ilustra la hipocresía del maniqueísmo mesiánico de AMLO.
Fustiga incendiariamente todos los días la inocultable corrupción de la mafia del poder del PRIAN y sus facultades metaconstitucionales, sin embargo, revive el centralismo autoritario del viejo PRI.
Al mejor estilo del villano favorito Carlos Salinas de Gortari “no ve ni oye” a sus más cercanos colaboradores del gabinete presidencial, quienes sin dignidad alguna no se atreven a renunciar.
Cada día son más abiertas las amenazas desde el poder aplastante de la Presidencia de López Obrador contra los periodistas y los medios de comunicación se atreven a cuestionar y a criticarlo.
Afortunadamente, a la luz de la caída de su popularidad, según los resultados de las últimas encuestas nacionales de opinión inició ya de manera adelantada el referéndum en su contra.
Y se trata de una caída en picada o en barrena, a plomo, de la que difícilmente el Presidente Andrés Manuel López Obrador podrá salir y recuperar su popularidad. Su soberbia se lo impide.
Sin que se trate de un castigo divino, la pandemia del coronavirus SARS-COVID-19, sentó en el banquillo de los acusados de la Historia a todas las cúpulas de las mafias del poder en México.
La crisis humanitaria, iniciada con la creciente falta de medicamentos para los niños con cáncer, se agravó con la falta de material indispensable para evitar el contagio de médicos y enfermeras.
Ya no hablemos de la falta de ventiladores para atender los problemas respiratorios de los pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos de los Hospitales del Sistema Nacional de Salud.
Frente a esta criminal omisión, negligencia e irresponsabilidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador, tenemos que exclamar: «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?».
Claro que Dios no nos ha abandonado, como no abandona a ninguno de sus hijos en el mundo desde que el hombre fue creado a su imagen y semejanza, lo que le hace perfectible cada día.
Somos los seres humanos quienes con nuestras estupideces abandonamos a Dios, entendido como el Hacedor del Universo, un Ser Superior o manifestación de la Energía vital en la naturaleza.
A nuestro juicio, el mayor pecado capital, humano y espiritual, sea la estupidez, porque si fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios y éste es la perfección, no tenemos por qué ser estúpidos.
Amigo de prostitutas y ladrones, Jesús asegura al ladrón arrepentido, enseña la trascendencia del perdón como muestra de amor:«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Es la respuesta de Cristo a la súplica «acuérdate de mí, cuando vengas en tu reino». Con ello se interpreta que le asegura la salvación sin que para ello haya obstáculo en sus pecados anteriores.
La esperanza en la salvación de México y de Oaxaca está, a querer o no, guste o no a muchos gobernantes y políticos machos en los más de 46 millones y medio de mujeres de la República.
Éstas últimas representan el 52 por ciento de los 90 millones 995 mil 885 ciudadanos registrados por el Instituto Nacional Electoral en el Padrón Electoral, con corte al 27 de marzo de 2020.
La Lista Nominal del Estado de Oaxaca está compuesta por 2 millones 565 mil 681 electores, las mujeres suman 1 millón 374 mil 009, que representan el 53.55% y los hombres 1 millón 191,672.
Cobra singular relevancia la Tercera Palabra de Jesús: «Mujer, ahí tienes a tu hijo. Para salvar a México, apelemos al amor de nuestras mujeres, abuelas, madres, esposas, novias, hermanas, amigas.
La Quinta Palabra de Jesús. «Tengo sed» sintetiza el clamor del pueblo “tengo hambre y sed de justicia de pan y agua, y de justicia social, no de dádivas, a través de los 13 programas sociales Bienestar.
En este sentido, no podemos menos que concluir esta entrega con la Séptima Palabra de Jesús:
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»como ejemplo de la confianza que debemos tener en la salvación de México en las elecciones de 2021 y 2024.
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