-Es oaxaqueño, elabora entre 15 y 20 protecciones diarias, pero el material ya escasea
-Le han propuesto hacer “negocio” con la venta de mil mascarillas, el chico genio se ha negado
La lucha contra el COVID-19 la ha hecho suya. Con apenas 12 años de edad Jorge Martínez Gracida-English se ha convertido en un niño altruista y visionario al construir y donar caretas de protección para el personal de salud.
Sus manos no han parado desde que se enteró que el Coronavirus provocado por SARS-CoV-2, también puede ingresar por los ojos independientemente de la nariz y boca.
Jorgito inspira a niña activista de la india
Su dedicación ha inspirado a la niña activista de la India Licypriya Kangujam quien lo ha contactado para solicitarle su autorización para poder utilizar el mismo prototipo, lo que ha dado como resultado que la ambientalista haya producido cientos de caretas para la protección de médicos en su país.
Además ha sido contactado para proponerle la elaboración y venta de más de mil mascarillas de protección, sin embargo el material ha ido escaseando y su objetivo no es el negocio sino la donación.
Las noticias en la televisión lo motivaron “escuché que no hay suficiente equipo de protección para los médicos y enfermeras por eso me puse a armar las caretas”, dijo Jorgito en entrevista telefónica para #PrimeraLínea
Sentado frente a su computadora, el niño explica el proceso, primero, el diseño de su mascarilla para combatir la pandemia ya que el cubrebocas normal no es suficiente para los médicos, enfermeras y trabajadores de salud.
Modelo de producción de caretas protectoras
Modeló una diadema tamaño universal, para que esta pueda ser utilizada por todos; con dos remaches a los lados las caretas son aseguradas, antes coloca una esponja para después terminar con la mica y el resorte.
Para llegar a este proceso, jorgito lo intentó una vez pero el resultado no lo convenció y al no darse por vencido fue en la segunda ocasión el modelo de la careta por fin quedó, dijo su mamá Asunción Elaine Ramos English.
Conmovida por la nobleza y altruismo de su hijo, la mujer explica que el niño utilizó los ahorros para la compra de la mica de cristal, la impresora 3D, en donde se generan las diademas, así como la esponja.
“Le han propuesto la compra de mil mascarillas pero tiene poco material y además él las produce para donar y no como un negocio”, dice Asunción quien asegura que a Jorgito siempre ha mostrado el gusto por ayudar.
El proceso de diseño de la diadema requiere entre 30 y 40 minutos, por lo que diariamente el niño produce entre 15 y 20 caretas diarias. Jorgito ha donado sus primeras producciones al Hospital Regional de Alta Especialidad y al de la Niñez Oaxaqueña.
Debido a que el producto es 100 por ciento funcional, como se lo han hecho saber los médicos, las caretas tienen una importante demanda.
“Nos sentimos muy orgullosos”, expuso la madre del pequeño quien aseguró que todo el proceso lo realiza sólo y aunque su familia le propone ayudarlo él no hace más que concentrarse.