En Monterrey, Nuevo León, la mayoría de los negocios colgaron los letreros de “abierto” en sus puertas y vitrinas a pesar de un día lluvioso.
En todos ellos, empleados con cubrebocas esperaban a sus primeros clientes, poco a poco la gente fue llegando a centros comerciales y tiendas.
Muchos anunciaban ofertas para atraer a los visitantes y en sus puertas, las nuevas medidas de higiene y distanciamiento social antes de ingresar a cualquiera de ellos.
Es la llamada “nueva normalidad” pero Nuevo León aún tiene que pasar una prueba: serán dos semanas en las que todo dependerá del comportamiento del COVID-19, pero si los contagios aumentan, los negocios volverán a cerrarse.
Los más de dos meses y medio de cierre afectaron sobre todo a los negocios considerados como no esenciales.
Por ejemplo, Luis de la Cruz, encargado de una tienda de ropa, quien señala que están inquietos por la situación, pero asegura que la respuesta del público es buena.
Mientras que, para otros comerciantes el primer día recibieron pocos clientes, aunque mantienen el optimismo.
Sin ningún problema, pero sin clientes; es el segundo que viene en el día así que no vamos a ver resultado hasta fin de mes o hasta el mes que sigue; hay que echarle ganas al trabajo”, afirma Fidel Reyes, un comerciante.
También reabrieron tiendas de ropa para bodas, bautizos y fiestas, pero como aún no hay eventos, la recuperación será más lenta.
Estacionamientos, calles y avenidas en Monterrey, Nuevo León tuvieron más movimiento y los comerciantes se apresuran a convivir en esta “nueva normalidad” con la presencia del COVID-19.