CIUDAD DE MÉXICO.- Especialistas en temas internacionales y politólogos aseguraron que México ha cedido a las presiones y amagos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como en el hecho de imponerle un cambio de 180 grados en la política migratoria.
En entrevista, los expertos cuestionaron cuál fue la ganancia para México por la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington, pues no se acordó una cancelación del muro fronterizo, que los dreamers pudieran continuar con sus estudios o que se terminaran las deportaciones de connacionales.
Consideraron que López Obrador tuvo un mensaje de docilidad, sumisión y de entreguismo con su homólogo, al agradecerle por el trato que da a los migrantes; además, criticaron que no haya acudido a visitar a la comunidad mexicana, a los dreamers o a los propios integrantes demócratas.
El politólogo José Antonio Crespo opinó que el Presidente salió bien librado de los riesgos de haber sufrido una humillación de parte de Trump; sin embargo, cuestionó qué ganó México con el encuentro, salvo la detención del ex gobernador de Chihuahua César Duarte.
El discurso de López Obrador llegó a un nivel de docilidad, para no llamarle sumisión, entreguismo o servilismo, al decir que le agradece a Trump su comportamiento y atenciones con los mexicanos, ¿pues de qué está hablando? (…) Creo que a muchos mexicanos les molestó que dijera que Trump se ha comportado muy bien y que respeta”.
Crespo dijo que Trump obligó a México a dar un giro de 180 grados a la política migratoria, “[pues] lo obligó a cambiarla bajo amenaza de imponer aranceles; eso no es un trato amable ni está respetando la soberanía, porque la política migratoria es nuestra y, sin embargo, nos impuso la de él”, opinó.
Por su parte, la analista y titular de la organización Agenda Migrante, Eunice Rendón, consideró que el encuentro salió mejor de lo esperado, porque ninguno de los presidentes improvisó. Sin embargo, comentó que fue la única vez que Donald Trump se portó bien con los mexicanos, pues ha demostrado antes, ahora y siempre que no es una persona confiable.
Además de que aseguró que no era el mejor momento para esta visita, por la elección estadounidense, criticó que no se haya dado un encuentro con la comunidad migrante y calificó como innecesaria la última parte del discurso de López Obrador, ya que, dijo, exageró en los atributos de Trump con algunas cosas que no son ciertas, pues “ni nos trata mejor, ni ha sido bueno con los mexicanos; al contrario, ha sido el presidente más antimigrante, racista y antimexicano que ha existido en Estados Unidos. [No olvidemos] la imposición del programa de permanencia en México, no olvidemos que son personas que vienen huyendo con el riesgo de perder la vida”, destacó.
Asimismo, la periodista e internacionalista Enriqueta Cabrera aseguró que el encuentro fue único por las circunstancias y el momento en que ocurrió, pero preguntó si los mandatarios hablaron de una relación aspiracional o de una que puede ser en el futuro, pues, consideró, la realidad de la que hablaron no es la actual.
“Hay decisiones de la política exterior de México en relación con Estados Unidos que no se hubieran dado si no hubiera existido esta presión, por un lado, y la decisión de ceder, por el otro.
“Esto evidentemente ha causado una serie de problemas y de violaciones a los derechos humanos de los solicitantes de asilo, porque Estados Unidos estaría obligado a que los solicitantes permanecieran en su país hasta que se resolvieran sus peticiones en la parte de los juzgados, pero han sido regresados a México”, explicó.
Enriqueta Cabrera dijo que no se puede dejar de ver que la visita de López Obrador se da en medio de una contienda electoral; además, mencionó que el Ejecutivo debió entrevistarse con organizaciones de mexicanos, dreamers y con Nancy Pelosi, pues fueron los demócratas los que le dieron el último empujón a la aprobación del T-MEC.
En ese sentido, Andrew Seele, presidente del Instituto de Políticas Migratorias, manifestó que el Presidente logró su objetivo: entablar una relación personal con Trump y así bajar las tensiones que pudieran surgir entre naciones, aunque opinó que la agenda oficial merecía ser más amplia y reunirse con migrantes y demócratas.
López Obrador está calculando que si Trump se ofende, señaló, puede dañar a México, y está apostando a tener una relación personal con su homólogo, pues es imprescindible para que no haya sorpresas desde la Casa Blanca.
“López Obrador ha decidido que lo que necesita de Washington es que no haya golpes económicos que peligren la agenda de desarrollo para México, y su único objetivo para con Estados Unidos es amortiguar o evitar esos golpes económicos.
“Como para Trump el tema número uno es migración, pues está feliz con México mientras haya cooperación en el tema, y como López Obrador está empeñado en el desarrollo de México, está feliz mientras no haya golpes en lo económico”, dijo.