ROMA, Italia.- Un tribunal de Milán (norte de Italia) condenó hoy a veinticuatro años de cárcel a un conductor que el año pasado prendió fuego al autobús que conducía con 51 estudiantes y profesores, todos ellos salvados por la policía.
El conductor es Ousseynou Sy -de 47 años, origen senegalés, pero nacionalizado italiano de 2005, y con antecedentes por conducir ebrio- y fue acusado de secuestro con el agravante de “finalidad terrorista”, incendio, lesiones y resistencia a la autoridad.
La corte penal de Milán aceptó imponer la pena de veinticuatro años de prisión que reclamaba la Fiscalía.
En marzo de 2019, el ahora condenado tenía que llevar a los estudiantes de un colegio de Crema (norte del país) a un gimnasio, pero cambió la ruta del autobús que conducía y secuestró a sus ocupantes.
Sy quitó a todos sus teléfonos móviles y ordenó a los profesores que atasen a algunos de los alumnos a los asientos, pero algún estudiante consiguió alertar a sus padres, que avisaron a los Carabineros (policía militarizada).
El conductor había comprado varios bidones de gasolina y unas bridas de plástico y, durante el viaje, de vez en cuando paraba para rociar con combustible el suelo de vehículo.
Las fuerzas del orden interceptaron el autocar y consiguieron que los estudiantes y los profesores bajaran.
El conductor terminó prendiendo fuego al vehículo e intentó huir, aunque finalmente fue detenido, ileso.
Aseguró que su intención era vengar a los migrantes muertos en el Mediterráneo.
Una tesis que ha repetido durante el proceso: “Si queréis condenarme, hacedlo, pero recordad que mi gesto solo tenía como objetivo salvar vidas humanas porque no se podía más, todos los días veía horrores”, dijo en el tribunal, según medios locales.
Sin embargo, en el autocar viajaban hijos de inmigrantes, como los niños que dieron la voz de alarma, Adam el Hamami y Ramy Shehata, a quienes después se les otorgó la nacionalidad italiana por “méritos especiales”.