Esto a pesar de que un elemento clave para el rastreo de la evolución de la pandemia consiste en la aplicación de pruebas diagnósticas en la población, refiere el reporte Desarrollo Humano y COVID-19 en México: Desafíos para una Recuperación Sostenible, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según el informe, el número de casos confirmados es alto en relación con el alcance de las pruebas.
El reporte indica que análisis difundidos por la Universidad de Oxford sugieren que no se realizan suficientes pruebas para controlar adecuadamente el brote y se agrega que, en países que presentan esta característica, el número real de infecciones puede ser mucho mayor que el número de casos confirmados.
En México, se señala, podría existir un subreporte de casos positivos más importante que en otros países, lo que puede dar información equivocada para la evaluación de riesgos entre la población, generando una falsa impresión de seguridad y en consecuencia disminuyendo la aversión de los habitantes a relajar las medidas de protección o de distanciamiento social.
Según el documento, investigaciones en la Ciudad de México reportan una tasa de sobremortalidad con un número de decesos 3.5 veces mayor al número de fallecidos contabilizados por la Secretaría de Salud a causa de la pandemia.
“La tasa de mortalidad resulta 126 por ciento superior al promedio observado en los últimos cuatro años, con un máximo de 219 por ciento en la semana del 18 al 24 de mayo. Este exceso supera en términos absolutos los reportados en Londres o Madrid, y en términos relativos (porcentaje de variación contra años anteriores) los reportados en Londres, Santiago de Chile y la región de París”.
En el reporte se alerta que si bien el aumento de sobremortalidad puede estar ocultando un subreporte de los casos de COVID-19, también puede resultar indicativo de una crisis del Sector Salud en la atención a otros padecimientos o condiciones preexistentes entre la población que, a su vez, magnifican la vulnerabilidad ante esta enfermedad.
Las medidas del Gobierno de México para la reapertura económica y el comportamiento de la pandemia en las tasas de contagio, afirma, podrían sugerir que la ola epidémica se mantendrá durante 2020 y 2021.
“Para prevenir nuevos brotes y tener mejor capacidad de respuesta en el futuro, se recomienda encarecidamente realizar investigación serológica con el fin de conocer la prevalencia real de la COVID-19, así como los factores relacionados con la infección en lo referente al entorno socioeconómico y la posibilidad de aspectos genéticos que incidan en la transmisión y en la severidad de la infección”.