Las calles que rodean el primer cuadro de la ciudad han sido tapizados de cubrebocas. Los ambulantes ofertan los insumos desde 10 hasta 100 pesos, los costos se establecen de acuerdo a la calidad de los mismos.
Entre las aceras abarrotadas por oaxaqueños, oaxaqueñas y turistas, la pandemia pasa de largo y pareciera un mito entre los incrédulos que salen sin protección a realizar sus compras o simplemente de paseo.
Los cubrebocas son sostenidos por tiras de material adherible para que puedan exhibirse; colores desde el fiusha, un verde, blanco y rojo, con motivo de las fiestas patrias; resaltan los que tienen estampados de animales.
Aunque la mayoría se exhiben ya en bolsas normales y de celofán para evitar la contaminación, hay algunos que se exponen al aire libre, incluso para probarlos.
Entre las blusas bordadas, resaltan los tapabocas artesanales, algunos elaborados en telar de pedal de Mitla y otras comunidades aledañas, destacan también los estampados del Istmo.
La crisis sanitaria obligó incluso a los ambulantes a cambiar de giro y a ofertar otro tipo de productos.
Aunque los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), no se ha pronunciado por analizar y conocer sobre el material de estos insumos, pocos ciudadanos han seguido el reto de los 40 días con cubrebocas de forma permanente y de usarlo de manera adecuada.