“Si no te dan un asiento en la mesa, trae una silla plegable“, decía la congresista afroamericana Shirley Chisholm, la primera mujer en presentarse como candidata a una nominación demócrata a la Presidencia de EU y cuyo legado hizo posible que hoy por hoy una mujer de raza negra y de origen asiático, Kamala Harris, sea aspirante a vicepresidenta, y quién sabe si algún día, inquilina de la Casa Blanca.
Mucho ha llovido desde que Chisholm (1924-2005), también la primera mujer afroamericana en llegar al Congreso, marcara un hito al presentarse a la candidatura demócrata a la Presidencia en 1972, que finalmente acabó ganando un hombre blanco, George McGovern.
Desde entonces, el país tuvo el primer presidente de raza negra, Barack Obama (2000-2017), pero nunca ha tenido a una mujer dirigiendo el país y ni siquiera en la Vicepresidencia.
DE CHISHOLM A HARRIS
La profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Purdue (Indiana) Nadia Brown explica, en declaraciones a Efe, que Harris es un eslabón más del legado de Chisholm: “Kamala definitivamente se aúpa sobre sus hombros. Shirley Chisholm fue igual de ambiciosa, cualificada, inteligente, compasiva y cariñosa. La diferencia es que los tiempos cambiaron“.
Muestra de ese cambio es el auge que están viviendo movimientos como Black Lives Matter (las vidas negras importan), ante la violencia policial contra los afroamericanos, o el feminista #MeToo (Yo también), contra los abusos sexuales.
“Las protestas de Black Lives Matter han puesto realmente de relieve el racismo sistémico y las desigualdades raciales. Hemos visto el mayor número de protestas en la historia de EU, con protestas continuadas por el asesinato de George Floyd o por la no condena de los agentes de policía que mataron a Breonna Taylor“, enumera Brown.
La profesora se refería a la ola de protestas y disturbios que desencadenó el asesinato en mayo pasado de Floyd a manos de un policía blanco en Minesota, que hicieron “despertar” al país ante las injusticias raciales.
“Si (el candidato virtual demócrata a la Presidencia) Joe Biden hubiera elegido a alguien que no tuviera antecedentes africanos, habría demostrado que el partido (demócrata) está sordo -destaca Brown-, especialmente porque las comunidades negras son las que votan desproporcionadamente a los demócratas, y estas elecciones se perderán o se ganarán por la participación de votantes negros“.
UNA ELECCIÓN CON MENSAJE AL VOTANTE NEGRO
De hecho, según Andra Gillespie, profesora del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Emory (Georgia), si Biden no hubiera escogido a una afroamericana como compañera de fórmula, hubiera habido bastante frustración entre esta comunidad y posiblemente se hubiera desmovilizado su voto.
“Uno de los temas que han surgido en relación con Black Lives Matter es la idea de que el Partido Demócrata depende de los afroamericanos para ganar la elecciones“, reflexiona Gillespie.
“Son el 13 % de la población, alrededor de un quinto o un cuarto de los votantes demócratas“, puntualiza la profesora, quien añade que, en el caso de las afroamericanas, solo el 4 % votaron a favor del actual presidente, Donald Trump, en 2016.
Ante estas proporciones, Biden busca movilizar el voto de la comunidad negra para contrarrestar las quejas de aquellos que señalan que el Partido Demócrata toma por garantizados sus sufragios y que piden que haya afroamericanos, y en especial mujeres, en cargos importantes.
Por tanto, pese a lo novedoso de la propuesta, la elección de Harris no es una sorpresa en términos de estrategia electoral, ni tampoco si se tiene en cuenta su trayectoria profesional, como senadora, y fiscal de distrito y general de California.
EL PUNTO FUERTE Y EL DÉBIL DE KAMALA
Ese pasado como fiscal es su punto fuerte y al mismo tiempo débil, ya que desatólas críticas por su historial de condenas, que afectan especialmente a afroamericanos.
Gillespie ve que ese factor puede jugar a su favor, porque tradicionalmente se puede demonizar a candidatos afroamericanos bajo la teoría de que son más “blandos” frente a los delitos, en base a estereotipos racistas de que “los negros tienden más a un comportamiento criminal“, que Trump está intentado usar contra los demócratas en general.
Sin embargo, resalta la experta, “la idea de nominar a una fiscal para que sirva como vicepresidenta, realmente mitiga el argumento del presidente Trump diciendo que Joe Biden va a ser blando respecto al crimen“.
Le sirva o no su pasado como fiscal, ambas expertas auguran que Harris va a ser blanco de insultos y descalificaciones, como lo fue la candidata demócrata a la Presidencia en 2016, Hillary Clinton, por el mero hecho de ser mujer, e incluso en su caso puede ser peor por ser de ascendencia jamaicana e india.
TRUMP YA INICIÓ LA CAMPAÑA MACHISTA CONTRA HARRIS
Brown da “por seguro” que la aspirante a vicepresidenta va a recibir “insultos racistas y sexistas“: “Ya se lanzaron improperios contra ella por parte de los republicanos y en particular Donald Trump, que ya han empleado (el término) ‘mujer asquerosa'”.
Ese es un calificativo que el mandatario utilizó contra Clinton en su día durante la campaña de 2016 y que ahora usa contra Harris, al considerar que ha sido irrespetuosa por sus preguntas incisivas a funcionarios de su Administración durante las audiencias en el Senado.
Brown adelanta que en los próximos meses se escucharán frases machistas como las que tuvo que soportar Clinton, del tipo “debería quedarse en casa“, aunque cree que va a ser diferente al entrar el tema de la raza, ya que van a salir a la luz muchos estereotipos raciales sobre las mujeres negras y de origen asiático.
Pese a posibles contratiempos, la aparición en escena de Harris supone un hito y ambas expertas no descartan que pueda abrir el camino para que EU pueda tener en el futuro una presidenta, quizás salida de los comicios de 2024.
¿CANDIDATA A LA PRESIDENCIA EN 2024?
Gillespie opina que incluso podría ser una presidenta afroamericana, y, por qué no, la propia Harris, ya que su elección como compañera de fórmula de Biden va a aumentar su perfil y ella fue aspirante a la nominación demócrata a la Presidencia hasta diciembre pasado cuando se retiró por no haber recaudado suficientes fondos.
“No hay ninguna razón para pensar que ella no albergue aún esas aspiraciones (presidenciales) y que no se presentaría. Algo interesante es que en la carrera por la nominación hubo algunos demócratas que hicieron comentaros sobre si era o no demasiado ambiciosa, y eso ciertamente hizo que muchas cejas se alzaran“, lamenta la experta.
La reivindicación por parte de Harris de sus raíces puede ayudar también a modificar esquemas mentales.
“Mucha gente tenía en su cabeza que la primera presidenta de EU iba a ser una mujer blanca que fuera a reflejar la mayoría racial de EU y la dinámica de aquellos en el poder -apunta-, pero lo que Kamala Harris muestra es que la primera presidenta de EU podría no ser blanca sino una mujer de color“.