- Renuncias y presiones sugieren la vuelta al pasado
- Movimientos se alistan a continuar desde abajo y en las calles
- Difunden un pronunciamiento y prenden alertas: “nosotras nos cuidamos”
Sara Lovera
Mujeres y hombres anunciaron ayer que la defensa de las víctimas de la violación de sus derechos humanos, ante el abandono y el alineamiento al gobierno, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), expresada en la salida de José Martínez Cruz y Edgard Sánchez Ramírez, les obliga a unirse y continuar forjando desde abajo “nosotras nos cuidamos solas”.
Personas independientes, movimientos de viejas y nuevas luchas, dirigentes sindicales; trabajadoras y trabajadores; el movimiento nacional de personas jubiladas, profesionistas y profesionales de diversas universidades, grupos y colectivas de mujeres, advirtieron que el control gubernamental de la CNDH, impedirá la transformación anunciada. Son, dijeron, las y los defensores desde la Guerra Sucia, en la que trabajó Rosario Ibarra de Piedra, quienes ahora saben que la única defensa es la de abajo, la que hace la gente organizadas para oponerse al poder.
Explican que en la CNDH, donde las personas sí importan, por presiones internas, no externas, se sustituyó a los directores de las visitadurías primera y sexta por perfiles institucionales, muy diferentes de los anunciados al inicio de la administración de Rosario Piedra Ibarra, que ahora está bajo la coacción de algunos sectores del gobierno federal.
Los ahora ex directores, considerados radicales, son quienes desde las CNDH acompañaron a muchos otros movimientos, no sólo de las mujeres, como al de los padres con niños con cáncer, o las movimientos que se oponen a la construcción del Tren Maya o el aeropuerto de Santa Lucía; a quienes sufren recortes de luz en plena pandemia y a trabajadores y trabajadoras, que en estos tiempos, como el caso de Susana Prieto, son víctimas de los poderes nacionales y estatales, aún municipales.
Las renuncias ponen en duda, entonces, que se mantenga el propósito de lograr que la CNDH deje de ser cómplice de los sucesivos gobiernos y se convierta en un organismo verdaderamente autónomo de derechos humanos, independiente del gobierno y sus intereses.
Ante el cambio de giro institucional que ya opera en la CNDH, en lo interno, anunciaron 72 personas y 13 organizaciones de 14 entidades del país, que irán a la resistencia porque no habrá la transformación ofrecida.
La colectiva, y defensoras y defensores afirman en un pronunciamiento que este “giro” está en proceso. La renuncia de los directores de las visitadurías primera y sexta, antiguos y probados defensores y promotores de los DDHH, da evidencia de la intervención de agentes de Morena y del gobierno para propiciar que la CNDH vuelva al pasado. Se quiere una CNDH a modo, y no una defensoría del pueblo.
Llaman a la unidad de movimientos y colectivas a la resistencia en las calles, en los centros de trabajo y estudio, cuando afirman que a los renunciados los continuaremos encontrando en estos movimientos de resistencia. Y sostienen que desde ahí, desde abajo es donde se forjan los cambios verdaderos.
Lo principal, señalan, de la defensa de los derechos humanos viene desde los movimientos verdaderos como el de las mujeres contra la violencia patriarcal, conocido “nosotras nos cuidamos”, donde es necesaria la unidad y fortalecimiento de las luchas porque, en medio de esta crisis histórica, combinada en el terreno económico y sanitario, como con el endurecimiento en el terreno político, se aproximan nuevos y difíciles retos.
Ayer Amnistía Internacional (AI) corrigió lo que dijo el presidente Andrés López Obrador, al señalar que las desapariciones entre el 1 de diciembre y la fecha, son 11 mil 653 personas, según los registros disponibles. Desapariciones, eso que hizo que Piedra Ibarra pareciera una garantía.
En cuanto a las masacres, AI recordó la presunta ejecución extrajudicial de elementos del Ejército al menos contra una persona en Nuevo Laredo, Tamaulipas, hecho que fue revelado en un video. Y sostuvo que el primer paso para eliminar las violaciones a derechos humanos es reconocerlas y dar cuenta de ellas.
Amnistía Internacional también refutó que haya menos feminicidios en el país, como lo dijo López Obrador, ya que, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y julio de este año ese delito se ha incrementado un 5.4 por ciento respecto al mismo periodo del 2019.
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