Los abogados de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue uno de los hombres más buscados por el Gobierno de EUA por narcotráfico, presentaron anoche, a falta de media hora para que se agotara el plazo, la apelación contra la sentencia a cadena perpetua dictada contra el narco en julio de 2019.
El documento de la apelación, registrago firmado por el abogado Marc Fernich y cuya mayor parte se mantendrá sellada hasta que las autoridades decidan hacerlo público, asegura que durante el juicio conducido por el juez Brian Cogan se produjeron diez errores legales.
Su equipo legal sostiene que hubo irregularidades en su extradición desde México; que las duras condiciones de confinamiento antes del juicio obstaculizaron la preparación de su defensa y que se permitió a los fiscales presentar excesivas pruebas gráficas sobre los supuestos 26 asesinatos en los que estuvo involucrado El Chapo y por los que no estaba siendo juzgado, lo que, argumentan, predispuso a los miembros del jurado en su contra.
Además, entre otras alegaciones, aseguran que durante la investigación se recolectaron pruebas, conversaciones telefónicas y mensajes de texto del acusado de manera ilegal.
ARGUMENTOS SOBRE EL JURADO
Asimismo, la defensa del mexicano vuelve a insistir en que algunos miembros del jurado supuestamente no cumplieron su promesa de no seguir el juicio a través de la cobertura mediática. Se basan para ello en una entrevista en el medio Vice, que concedió bajo anonimato uno de los miembros del jurado tras la conclusión del juicio.
Los abogados del narcotraficante ya intentaron sin éxito el año pasado que se repitiera el proceso enarbolando este último argumento.
Finalmente, solicitan que otro juez investigue si los fiscales y el juez se involucraron en comunicaciones secretas indebidas.
La defensa del mexicano, exlíder del Cartel de Sinaloa, acudió a la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York al filo de la media noche y en el último día que tenía para impugnar la condena que le impuso el juez Brian Cogan tras un juicio celebrado bajo estrictas medidas de seguridad en la corte federal del distrito Este de Nueva York.
El pasado 13 de agosto, la defensa solicitó ampliar el plazo para presentar los documentos de la apelación contra lo que consideran un juicio injusto, después de que El Chapo fuera encontrado culpable de enviar toneladas de drogas a EUA, de mantener una empresa criminal continuada y cargos por armas de fuego.
El propio Guzmán Loera, conocido como “el Rápido” por la forma en que distribuía la droga, denunció antes de conocer la sentencia malos tratos en la prisión federal de Manhattan, donde estuvo dos años.
El mexicano afrontó un proceso judicial de tres meses en el que se escuchó a 56 testigos, entre ellos antiguos socios y empleados, y tras seis días de deliberaciones el jurado le halló culpable el 12 de febrero de 2019.
Una vez que el juez dictó la condena, El Chapo fue enviado a la prisión de alta seguridad en Colorado conocida como el Alcatraz de las Rocosas o “Supermax”, de donde nadie ha podido escapar, y durante el último año se ha dedicado a trabajar en su apelación junto a sus abogados.
Esta prisión, cuyo nombre oficial es Administrative Maximum Facility (ADX) y abrió sus puertas en 1994, es considerada como una de las más seguras del mundo y está destinada a albergar a los reos más peligrosos y otros que representen una amenaza para la seguridad nacional.
Sus celdas son paredes de cemento y a prueba de sonido para evitar la comunicación con otros reos, algunas no tienen ventanas y los reclusos pasan 23 horas en solitario, con contacto mínimo con el personal de la prisión. Las tuberías de las unidades en que está dividida la prisión no transmiten sonidos.
Información retomada en el Siglo de Durango