La crisis económica por la pandemia de Covid-19 ha provocado que 61% de la población viva en pobreza laboral, según un cálculo del Observatorio del Trabajo Digno (OTD). Esto significa que 76 millones 833,000 personas en México no tienen los suficientes recursos para comer bien, pese a que alguno de los integrantes de la familia tiene un empleo remunerado.
Los resultados presentados en el Segundo Informe de Gobierno no fueron muy positivos, sostiene Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la alianza la Acción Ciudadana frente a la Pobreza y del OTD. Casi 16 millones de personas se sumaron a esta condición y los programas sociales para apoyar a quienes la padecen “tienen fallas importantes”.
- La medición oficial del empobrecimiento de este año se conocerá hasta agosto del 2021, explica. Pero el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), un indicador de corto plazo elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), le ha permitido al OTD hacer una estimación.
- De acuerdo con el ITLP, en el 2018 el ingreso que percibía 39% de la población no le alcanzaba para comprar una canasta básica. Para junio de este 2020, con el confinamiento a causa de la pandemia, esa proporción subió a 49 por ciento. Es decir, hace dos meses a 61 millones 466,000 personas lo poco que ganaban en sus hogares les era insuficiente.
En el arranque del septiembre del 2020, a pesar de la recuperación del empleo formal y de la reactivación de una parte de los sectores económicos, el porcentaje de quienes carecen de un ingreso decente se elevó a 61 por ciento. A este cálculo llegó el OTD “aplicando la proporción entre el ITLP y los resultados de las pasadas tres mediciones de pobreza”.
Por lo tanto, “en este momento” 15 millones 779,000 personas ya están en esa condición de pobreza, a pesar de que tienen o se han creado una fuente de trabajo.
Seis de cada 10 personas que conservan su trabajo ganan muy poco
El saldo laboral de la crisis económica por la pandemia de Covid-19 en México, hasta el momento, es de más de 21 millones de personas sin empleo y otros 26 millones con trabajo, pero con un salario que no les alcanza para comprar la canasta básica de dos personas, de acuerdo con Acción Ciudadana frente la Pobreza.
Esta enfermedad ha destapado “un mundo laboral lleno de carencias”, señaló María Ayala, investigadora del colectivo que agrupa a más de 60 organizaciones civiles. Junto con Rogelio Gómez, quien coordina ese proyecto, presentó un informe sobre los estragos del nuevo coronavirus en el mercado de trabajo.
En mayo, la tasa de desempleo “se disparó a 33% y no sólo a 4%”, apuntó Rogelio Gómez, en una conferencia virtual. Una de cada tres personas dispuestas a laborar no cuenta con una opción o no puede hacerlo, lamentó.
- Antes de la pandemia, la tasa de desocupación era de 3%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Para el último reporte ésta era de 4.2%, lo cual equivale a casi 2 millones de personas. Pero eso es sólo una parte del desempleo. Se trata de personas que activamente buscan trabajo, subrayó Rogelio Gómez.
Ahora existe un universo de personas que se quedaron sin empleo y no están buscando uno nuevo. Y es precisamente porque hay una pandemia, porque en estos momentos no pueden salir a hacerlo, explicó. En esta situación estaban 19.4 millones de personas en mayo.
- Entre ambas poblaciones, la gente que está buscando uno y la que no puede hacerlo, suman más de 21 millones. Es la “Tasa de desocupación abierta”, como le llama el Inegi. De ellas, 13 millones llegaron a esta situación en la pandemia.
- La dimensión real de la crisis laboral no es de 1 millón 113,000 trabajos perdidos. Esos son sólo los que estaban registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), “y es la punta del iceberg”, subrayó María Ayala.
Desde que el nuevo coronavirus se propagó en este país, casi 12 millones de personas, que no estaban afiliadas al IMSS, tuvieron que dejar de trabajar. Algunas, porque fueron despedidas; otras, porque ya no pudieron abrir sus negocios. Sumando esta cifra con la que reporta el Seguro Social son más de 13 millones de personas.
Salarios bajos y subocupación
Pero para la gran mayoría de quienes siguen trabajando las condiciones tampoco son tan buenas, pues 60% de los trabajadores ha visto reducidos sus ingresos, por lo que con su sueldo no puede comprar la canasta básica de dos personas. Es decir, ganan alrededor de 6,000 pesos mensuales.
- Sólo 7% de los trabajadores gana más de 12,800 pesos al mes, lo que alcanzaría para mantener con lo más básico a una familia de cuatro miembros. Sin embargo, a inicios del 2020 había 1.2 millones más de personas en esa condición.
“No solamente es que están perdiendo su trabajo. Sino que quien lo conserva, está perdiendo poder adquisitivo. Seis de cada 10 no pueden mantenerse a sí mismos y a alguien más”.
Y si el trabajo en México “ya era bastante precario para todas y todos”, para las mujeres lo es más, indicó María Ayala. “A pesar de que somos un tercio de la fuerza laboral”, más de la mitad de las personas que no tienen trabajo son mujeres.
Otro grupo que está padeciendo más este desempleo es el de las personas jóvenes. El 40% de quienes no tiene trabajo tienen menos de 30 años. “Las personas que se quedaron sin ingresos laborales están viviendo de ayudas, de su familia o de los guardaditos que tenían”, señaló Rogelio Gómez.
Otro dato “preocupante” es que la subocupación casi se triplicó. “Son 13.1 millones de personas que quieren y necesitan trabajar más horas, pero el empleo que tienen o la situación no se los permite. Lo sorprendente es que son 8.4 millones más que a principio de año”, expuso la especialista.
Salario mínimo subió 15 pesos… en 26 años
En 26 años, el salario mínimo real avanzó 15 pesos, pese a que México lleva dos años implementando aumentos superiores a la inflación, y aún así el pago mínimo que perciben los trabajadores mexicanos no les alcanza para comprar la mitad de la canasta básica.
Esta cifra toma el valor del peso en 2018, cuando arrancó la actual administración y representa el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos, es decir, la capacidad económica que tendrán para adquirir bienes y servicios.
- De acuerdo con cifras del Segundo Informe de Gobierno, entre 1994 y 2020 el salario mínimo en términos reales incrementó 15 pesos, al pasar de 103.4 pesos a 118.92 pesos diarios desde que el exmandatario Ernesto Zedillo tomó posesión.
En entrevista, el analista económico Mario Di Constanzo, comentó que el salario mínimo pasó a ser sólo una referencia y un tema político, ya que se ha visto rebasado por el incremento de los precios en todos los productos, especialmente los de la canasta básica como el huevo, frijoles, arroz, entre otros.
Además, alertó del incremento a pasos agigantados del sector informal, y la reducción que vieron en sus remuneraciones por la contingencia sanitaria, lo que implicó menor poder adquisitivo para este sector informal.
“Y mucho más ahora que en estos años en los que la economía ha crecido muy poco, en este año con el tema de la pandemia y todavía más ahora con el incremento en la inflación que además reconoce el propio Banco de México”, comentó.
- El Centro de Estudios para el Empleo Formal prevé que cuando la pandemia, quede atrás los sueldos promedio caerán 20 por ciento. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), una persona en nivel de pobreza extrema requiere de al menos mil 648.08 pesos mensuales para comprar productos de la canasta básica en zonas urbanas, mientras que una persona fuera de este nivel socioeconómico necesitará al menos tres mil 217.82 pesos, con datos y precios al mes de julio de 2020.
La Ley Federal del Trabajo indica que el salario mínimo “es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en su jornada de trabajo”.
“El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, señala el artículo 90 de la legislación.
- Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza recordó que desde 2019 se equiparó el salario mínimo al costo de la canasta básica para una persona, aunque éste no alcanza para cubrir el mínimo legal.
“Para poder cumplir la Constitución del salario mínimo de una persona tiene que alcanzar para una familia. El consenso es que en los próximos años tiene que llegar a dos canastas básicas, porque las familias mexicanas se integran hasta por cuatro integrantes, donde la gran mayoría tiene más de un perceptor” o bien, dependiente económico.
- Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias resaltó que el salario mínimo podría mantenerse pese a la peor crisis de los últimos 100 años, contrario a las crisis económicas de 1994-95 y de 2008-09, donde el salario mínimo vio afectaciones de hasta 13 por ciento en términos reales.
Añadió que de 2014 a la fecha se tiene un incremento sostenido en el salario mínimo de los trabajadores formales, en el que se recuperó el 54 por ciento de su poder adquisitivo, logrando una tercera parte de este avance desde 2018.
- Sergio Negrete Cárdenas, profesor-investigador del ITESO, recordó que el punto más alto del poder adquisitivo con un salario mínimo se alcanzó en 1976.
Tras consensos entre el sector público y privado, en diciembre de 2018 el gobierno federal anunció un aumento de 20 por ciento al salario mínimo, y se ubicó en 123.22 pesos diarios. En ese entonces, el mandatario federal reconoció que este incremento beneficiaría a millones de mexicanos y que representaba la segunda mayor alza de los últimos 36 años.
Agencias-PUNTOporPUNTO