La pandemia de covid-19 ha cobrado más víctimas entre personas que viven en pobreza, con menor nivel educativo o parte de grupos vulnerables.
De acuerdo con el análisis de los certificados de defunción, 90% de los fallecidos por el nuevo coronavirus eran amas de casa, jubilados o pensionados, empleados del sector público, conductores, no ocupados, ayudantes, peones, artesanos, trabajadores de fábricas y personas que se dedican a la reparación o al mantenimiento.
En contraste, las ocupaciones con menos decesos son las de funcionarios, directivos, artistas, jefes y estudiantes, lo que refleja que entre los muertos por SARS-CoV-2 hay más personas que tuvieron que elegir entre quedarse en casa para preservar su salud o buscar los recursos necesarios para mantener a su familia.
La escolaridad también es un factor destacado, ya que 75% de los muertos por covid-19 tuvo estudios máximos de secundaria, lo que está asociado a empleos mal remunerados y escaso acceso a servicios de salud, explicó a Excélsior Héctor Hernández Bringas, investigador de la UNAM.
Covid quebró a vulnerables
Actas de defunción revelan que 85% de quienes han muerto a causa de la pandemia lo han hecho en hospitales públicos y fueron pensionados, obreros y trabajadores del sector público.
Detrás de las 91 mil 895 muertes por covid-19 en el país, están los rostros de los mexicanos más vulnerables.
“Los que primero murieron o los que primero han muerto han sido los pobres”, aseguró Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
Nueve de cada diez muertos por coronavirus eran amas de casa, jubilados o pensionados, empleados del sector público, conductores, profesionales, no ocupados, ayudantes, peones, artesanos, trabajadores de fábricas y personas que se dedican a la reparación o al mantenimiento.
“Lo cierto es que en un país como México no toda la gente puede, como lo podemos hacer algunas personas, trabajar a distancia, las personas con estas características siempre tuvieron o tienen aún esta difícil disyuntiva de decidir entre quedarse en casa para preservar la salud propia y la de los demás y, por otro lado, conservar sus empleos o buscar los recursos necesarios para la manutención de sus familias”, expuso Hernández.
Las ocupaciones que concentran menos decesos son las de funcionarios, directivos, artistas, jefes y estudiantes.
“La fuente de información que utilizamos son los certificados de defunción albergados en una base de la Ssa; nos permiten conocer aspectos muy relevantes de personas que han tenido la desgracia de fallecer, en este caso por covid-19”, precisó.
Con base en esta información se detectó que 85% del total de defunciones ocurrieron en hospitales públicos.
“En el IMSS, que justamente atiende a este tipo de trabajadores que tienen la fortuna de gozar de un trabajo formal, aunque mal remunerado, y en la Ssa, cuyos hospitales están destinados a la población abierta, es decir, muchos de los trabajadores informales que no tienen seguridad social”, indicó.
La escolaridad pareciera ser un factor de riesgo más para morir por covid. “El 50% de los muertos no tenía, o tenía cuando más, estudios de primaria, y si ampliamos un poquito más el rango, observamos que 75% tenía, cuando más, secundaria.
“Una baja escolaridad normalmente está asociada a empleos mal remunerados y a un escaso acceso a los a servicios, particularmente a los de salud; también se relaciona con la capacidad de las personas para poder procesar la información que se nos ofrece y poder tomar decisiones oportunas y adecuadas en relación con el cuidado de la salud”.
El investigador explicó que el rostro de los muertos por covid-19 en México no ha tenido variaciones significativas respecto de los datos que arrojó en junio pasado el estudio Mortalidad por Covid-19 en México Notas Preliminares para un Perfil Sociodemográfico.
“Ya sabemos que la mortalidad por covid-19 predominante es entre hombres o afecta principalmente a hombres; aunque aquí sí hemos visto que hay pequeños cambios a lo largo del tiempo. Al principio de la pandemia eran dos muertes de hombres por cada mujer, hoy estamos en 1.8 hombres por una mujer, entonces es un ligero cambio, pero que sí nos puede dar idea de la mayor incorporación de las mujeres en este tema de las muertes por covid”, refirió.
El último reporte de la Ssa señala que 63.93% de los muertos son hombres y 36.07% son mujeres. Las edades en las que se registran el mayor número de muertes por covid para ambos sexos son entre los 55 y los 69 años de edad (23,366 hombres y 13,453 mujeres); la mediana está en los 63 años.
“Son edades activas, esto marca una diferencia con respecto de otros países, en donde la mayoría son de la tercera edad, en el caso de México no es así, aunque la participación de los adultos mayores en el total de muertes sí representa, digamos, 30-35% del total de defunciones”.
Hipertensión, diabetes y obesidad, desde el principio de la pandemia, las principales comorbilidades asociadas a los muertos por coronavirus son otra tendencia que se ha mantenido estable, detalló, por su parte, Ilse Ruiz Mercado, profesora de monitoreo ecotecnológico de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, unidad Mérida y parte del equipo del mapa de coronavirus de la UNAM.
Cuatro de cada diez muertos (45.11%) a nivel nacional padecían hipertensión, cuatro de cada diez (38.46%) eran diabéticos y dos de cada diez (24.09%) eran obesos.
Sin embargo, al hacer zoom por estado o municipio las cifras pueden variar.
“Por ejemplo, hipertensión, la comorbilidad de mayor porcentaje (45.11%); en estados del norte como Sonora, Sinaloa, BC, BCS, Chihuahua, asciende a 55%, pero si nos vamos por municipio vemos que ese 55% no es en todo Chihuahua.
“Otra entidade, por ejemplo, con un nivel más bajo por hipertensión, es Oaxaca, que tiene 40-39%, pero concentrada también sólo en algunos de los municipios”.
Sólo 27% de los muertos por el nuevo coronavirus no tenía ninguna comorbilidad y 8% por ciento era al mismo tiempo diabético, hipertenso y obeso.
Fuente: Excélsior