* La prostitución de la democracia explica el arribismo de politicastros con actitudes antidemocráticas, por autocráticas y autoritarias, como en el caso del presidente saliente de Estados Unidos Donald Trump.
* Con la prudencia y sabiduría que dan los años, siempre que se actúe de buena fe y con buena voluntad política, Joe Biden está sabedor de la división y confrontación que ha provocado la polarización generada por Trump.
A semejanza de los seres humanos, los imperios nacen, crecen, se desarrollan y perecen. Así ha ocurrido desde que históricamente surgió la política expansionista con grandes conquistadores.
Ha sucedido en Asia, Medio Oriente, el Mediterráneo o Europa. Algunas viejas potencias persisten hoy globalmente como China, Rusia, la Unión Europea y el surgimiento de Estados Unidos.
Sin embargo, la desmedida ambición de las mafias familiares en las cúpulas partidocráticas, presidenciales o parlamentarias, provoca creciente desencanto de la democracia y descontento.
Es resultado, lógico y natural de la imposición de improvisados, por la prostitución de la política partidista vía la cooptación y compra de candidaturas presidenciales o a primeros ministros.
La degeneración de las carreras políticas sin una formación íntegra éticamente, basada en principios y valores, convicción democrática, y probada vocación de servicio, ha quedado atrás.
Este fenómeno es representativo de la hasta ahora imparable descomposición ética, moral y religiosa, cuya escala de valores y principios universales, sirve de defensa para evitar el caos.
Ello explica el arribismo de politicastros con actitudes antidemocráticas, por autocráticas y autoritarias, como en el caso del presidente saliente de Estados Unidos Donald Trump.
Ante la inminente derrota el defraudador magnate inmobiliario ha impugnado las elecciones en Wisconsin y Michigan y quiere suspender el conteo en Pensilvania en donde está en desventaja.
La torpe actitud soberbia del presidente Donald Trump ha obligado a los seguidores de Joe Biden a manifestarse en las calles de Chicago exigiendo que se respete la democracia y sus votos.
“Estamos aquí para decirle a Donald Trump que él no puede robar nuestra democracia”, dijo uno de los manifestantes que exige se respete la voluntad que los electores expresaron en las urnas.
Es el mismo caso del presidente de los Estados Unidos Mexicanos Andrés Manuel López Obrador. Estos gobernantes populistas llegan al extremo de la dictadura como Maduro en Venezuela.
La mayor y mejor prueba en este sentido es el defraudador magante inmobiliario Trump, quien se ha autoproclamado ganador en cuatro estados clave de la Unión Americana sin datos definitivos.
Entretanto, continúa el conteo de votos de las elecciones de EE.UU. en estados clave; por lo que todavía no hay ganador, según coinciden en informar los medios de comunicación que coberturan.
Joe Biden, candidato demócrata a la Casa Blanca, aventaja al presidente Trump, por 264 delegados a 214 en el Colegio Electoral, según proyecciones de los principales medios estadounidenses.
Al cierre de la columna a media tarde el “Tío Joe” ganaba Michigan y ya arañaba la Presidencia, según las proyecciones de los ejercicios de prospectiva de los “mass media” norteamericanos.
Consciente plenamente del enorme reto que enfrentaría como 46º. presidente de Estados Unidos
Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia, ha reconocido que “sé que no será fácil”.
Con la prudencia y sabiduría de los años, siempre que se actúe de buena fe y con buena voluntad política, Biden está sabedor de la división que ha provocado la polarización generada por Trump.
“Para progresar tenemos que dejar de ver a nuestros oponentes como enemigos. No somos enemigos. Lo que nos une como estadounidenses es mucho más fuerte que lo que nos divide”. “He hecho campaña como demócrata pero gobernaré como un presidente estadounidense”. “La presidencia no es una institución partisana es una oficina que representa a todo el mundo”.
No falta razón vicepresidente de los Estados Unidos como compañero de fórmula del ex presidente Barak Obama porque la polarización del populismo de Trump hará difícil la gobernanza.
El riesgo mayor es que la falta de eficiencia y eficacia de la administración Biden se convierta en ingobernabilidad como resultado de la soberbia y megalomanía del presidente Donald Trump.
Con una suma parcial de 69.5 millones de votos hasta ayer a media la tarde, Joe Biden se convirtió, de hecho, en el candidato presidencial más votado en la historia de Estados Unidos de América.
Afirmó que al terminar el conteo de los votos de la elección presidencial, él será ganador, y adelantó que cuando sea mandatario de Estados Unidos, buscará reunificar a la nación.
Los 264 votos en el Colegio electoral le favorecen y espera mantener la tendencia a su favor hasta el final del conteo. De ganar, será la fórmula a presidente y vicepresidente que más votos haya obtenido.
No se declarará ganador sino hasta que terminé el conteo de votos y de ser electo presidente, buscará “bajar la temperatura” de las elecciones para comenzar a unificar a Estados Unidos.
Con total claridad de su responsabilidad añadió que el cargo de presidente debe ser apartidista, por lo que sostuvo que trabajará por quienes votaron por él y por quienes no lo hicieron.
“Estoy orgulloso de la campaña, sólo tres fórmulas han derrotado a un presidente en ejercicio, cuando esto termine, seremos la cuarta formula. Ha sido campaña larga, difícil, pero ha sido un tiempo muy duro para nuestro país, hemos tenido campañas difíciles en nuestro estado”.
“Una vez que se completen las elecciones, será momento en que hagamos lo que hemos hecho como estadunidenses, bajar la temperatura, vernos cara a cara, escucharnos unos a otros, tener respeto y afecto por el próximo para unirnos, para sanar, para unirnos como nación”.
“No será fácil, no soy ingenuo, sé la cantidad de divergencia que hay nuestro país, sé que para avanzar tenemos que dejar de tratar al adversario como enemigo, no somos enemigos”, admite.
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