* Dada la pública y notoria omisión y negligencia de algunos gobiernos en el mundo, como el de México, no es descartable que en los casos más graves pudieran incurrir y finárseles probables delitos de lesa humanidad.
* La criminal irresponsabilidad del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, bien pudiera llevarle a incurrir en la probable comisión del delito de genocidio.
La grave crisis humanitaria planetaria provocada por la pandemia global del nuevo coronavirus SARS-CoV-2-COVID-19 ha traído consigo el exterminio masivo de millones de seres humanos.
La aniquilación mundial golpea de manera brutal los derechos humanos fundamentales de primera generación, derechos a la vida, a la alimentación, a la libre circulación, así como a la privacidad.
Al mismo tiempo la pandemia lacera severamente los derechos humanos de segunda generación, económicos, sociales y culturales, derecho a la salud, al trabajo, a la educación y a la cultura.
Dada la pública y notoria omisión y negligencia de algunos gobiernos en el mundo, no es descartable que en los casos más graves pudieran incurrir y finárseles probables delitos de lesa humanidad.
Es el caso evidente de México, por ejemplo, en el que las autoridades han sido reconvenidas públicamente por el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom.
La criminal irresponsabilidad del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, bien pudiera llevarle a incurrir en la probable comisión del delito de genocidio.
Los contagios superan con mucho el millón de pacientes, que saturan los hospitales públicos y privados, en la capital de la República, entre otras ciudades, y las muertes suman más de cien mil.
A unos y otros se les ha violado su derecho humano fundamental a la vida y a la salud, en virtud que toda persona en el mundo tiene derecho a cuidados médicos si se infecta con el coronavirus.
Pese a ser un derecho humano, las desigualdades y la falta de acceso a este servicio han provocado que muchas personas no cuenten con el servicio médico adecuado, lo que pone en riesgo su vida.
Aunado a ello, observamos la sobresaturación de los centros hospitalarios y, en muchos casos, la falta de medicamentos esenciales, sobre todo, en niños y mujeres con cáncer, abandonados a su suerte.
La pandemia ha tenido efectos desastrosos en todas las dimensiones de la seguridad alimentaria y la nutrición, por lo que está afectando negativamente el bienestar, crecimiento y desarrollo humanos.
El derecho a la alimentación comprende el pleno disfrute del derecho humano de las personas a una alimentación adecuada en todos los rincones del mundo, en nuestro caso, en México y Oaxaca.
La COVID-19 agrava factores que ya provocaban inseguridad alimentaria y desnutrición por los conflictos y las plagas que afectan a los cultivos, abandono del campo y desplome productivo por el confinamiento obligado.
Uno de los primeros derechos humanos más afectados ha sido la libre circulación por las prohibiciones a salir de casa o de nuestras propias ciudades, limitaciones horarias de circulación y a viajar a un país extranjero.
El derecho a la privacidad ha sido severamente afectado en los países en donde la mayoría de la población está confinada, al ser difícil y complicado delimitar la esfera pública de la privada en el ámbito familiar.
Las personas que están laborando en la nueva modalidad de home office que han convertido sus hogares en oficinas han visto afectado, también, su derecho la protección de datos personales.
Claro ejemplo de ello son las aplicaciones que, en algunos países, permiten recabar datos de geolocalización y que se están utilizando para estudiar la movilidad de la población.
En materia de derecho a la educación las escuelas están cerradas. Las y los docentes han tenido que cambiar sus clases presenciales a una modalidad en línea desde los hogares, con muchas deficiencias.
Las desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías y medios electrónicos están poniendo grave en riesgo la educación de las y los niños, provocando un retroceso en su proceso de aprendizaje, sobre todo en Oaxaca.
La pérdida de empleos, viola los derechos económicos, sociales y culturales; por lo tanto, los estados deben garantizar a la ciudadanía el cumplimiento y disfrute de estas facultades fundamentales.
Respecto de los derechos humanos de segunda generación, se prevé que esta pandemia afecte, también, derechos como el del trabajo decente, el acceso a la vivienda e, incluso, el de los servicios básicos.
Por ello, es importante que los gobiernos de todo el mundo puedan garantizar los derechos humanos esenciales ante esta pandemia, como son: acceso a la salud, educación, alimentación, la no discriminación; pero, sobre todo, el de la no estigmatización.
Desde el inicio de la pandemia, la Congregación Mariana Trinitaria (CMT) ha estado trabajando para garantizar los derechos humanos a través de diferentes acciones y programas que permitan beneficiar a los grupos vulnerables
alfredo_daguilar@hotmail.com
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