El cerebro del Metro, que moviliza diariamente a cinco millones de personas en la Ciudad de México, se fundió después de 51 años de funcionar de manera ininterrumpida por un incendio que bajó el switch de las seis líneas más antiguas. No se trata de un desperfecto, ni siquiera tiene la dimensión de un choque, el daño es tan grave que podría tardar en arreglarse hasta tres meses.
Con la ayuda de la Comisión Federal de Electricidad, trabajadores del Metro exploraron la posibilidad de restablecer el servicio dotando, por lo menos, de energía a las líneas que corren de Martín Carrera a Santa Anita, Politécnico a Pantitlán y El Rosario a Martín Carrera, sin tener claro aún qué sucederá con la ruta de Observatorio a Pantitlán, Tasqueña a Cuatro Caminos e Indios Verdes a Universidad.
La operación de las Líneas 1, 2 y 3 del Metro resulta más complicada porque aún se evalúan los daños que sufrieron los equipos, aunque pudieron constatar que “se destruyeron totalmente los tableros del PCC y del pilotaje automático”, por lo que se busca el mecanismo que permita a la CFE también dar electricidad a estas rutas que tenían su propio transformador por ser las más antiguas del sistema y además, las más transitadas.
Desde las 5:26 de este sábado 9 de enero, el incendio en la subestación conocida como Buen Tono, era visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad y fue casi 12 horas después, cuando la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum anunció que fue “sofocado” en su totalidad. Quizá una muestra de la dificultad de lidiar con el siniestro es que cerca de las 9 de la mañana, la misma Sheinbaum hablaba de un control de 90 por ciento.
Antes del incendio, dos subestaciones eléctricas permitían el avance de los 384 trenes del Metro a lo largo de 226 kilómetros: Tlatelolco (Buen Tono) y Jamaica, incluso si la Comisión Federal de Electricidad consiguiera darle energía supliendo al único transformador interno del Metro, los trenes circularían a ciegas y sin poder comunicarse ante la falta de los tableros del Puesto Central de Control (PCC) y del Mando Centralizado.
La alternativa será dar un servicio parcial en algunas estaciones de alguna o algunas de las líneas, con la energía de la subestación Jamaica. En tres meses operarían las 99 estaciones de las seis líneas afectadas.
El Metro, dirigido por Florencia Serranía informó que este domingo detallará el proceso de reactivación del servicio en las seis líneas donde se suspendió.
La falta de control óptico y de telefonía en las líneas 1, 2, 3, 4, 5 y 6, impide la comunicación de los conductores de los trenes con este PCC número 1 que controlaba esas rutas. Además con su destrucción o avería, se afecta el pilotaje automático que impide el alcance entre trenes, la llegada de energía eléctrica y, desde luego, el Mando Centralizado.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro cuenta con cinco transformadores, uno de ellos de reserva. Entre los cuatro en funcionamiento, el primero se ubica en el edificio de Delicias 67 que se incendió el sábado 9 de enero.
Daba servicio a la red eléctrica de las líneas 1, 2 y 3 y la óptica de las 4, 5 y 6, cuando inició el incendio, la CFE interrumpió la electricidad al inmueble ubicado frente al Mercado de San Juan e informó que estaba en proceso de instalar dos plantas de emergencia.
Subestación del Metro debió modernizarse hace 20 años
El ex director del Metro, Jorge Gaviño, actual diputado local por el PRD, sostuvo que la subestación ubicada en Delicias 67, debió modernizarse de manera gradual desde hace 20 años, por lo desde el congreso capitalino solicitarán a la actual dirección del Metro las bitácoras de mantenimiento para determinar las posibles causas del accidente y evitar que vuelva a ocurrir.
“Necesitamos saber cuáles fueron las bitácoras de mantenimiento, las libranzas en caso de que haya una empresa dando mantenimiento externo, saber qué hicieron, cuáles fueron los trabajos, éstas subestaciones se revisan todos los días, antes de entrar en servicio se tiene que revisar las instalaciones. Se tiene que conocer para determinar si fue previsible o no este accidente lamentable”, explicó en entrevista con Samuel Cuervo en MILENIO Televisión.
Gaviño Ambriz destacó que para minimizar el riesgo de accidentes existen los sistemas redundantes de protección, además de que se establecen controles de mantenimiento que puedan garantizar un servicio seguro para los usuarios
“Está entre los 5 o 6 Metros más grandes del mundo, es un sistema que por lo menos la Línea 1 tiene más de 50 años y esto implica que se dé mantenimiento permanente a todos los sistemas. El puesto central de control, el PCC, que es el que maneja y está monitoreando permanentemente seis líneas que manejan el 65 por ciento del servicio púbico del sistema del Metro, tuvo una situación muy delicada, que no había ocurrido en tantos años de servicio”, dijo.
Añadió que hasta hace tres años –cuando dejó la dirección del sistema–, la subestación contaba con cinco transformadores: el AT1 y AT2, AB1 y AB1, que son cuatro transformadores que funcionan permanentemente y uno más de reserva, por lo que el sistema puede operar con tres transformadores en buenas condiciones “y tendría la posibilidad de tener dos de reserva”.
Por ello, dijo que desde el Congreso local, solicitaran a la dirección del Metro que informe cabalmente “cuáles son los contratos de mantenimiento, cuáles son los alcances, costos, empresas que lo han ido operando para conocer más de las posibles causas de esta situación y para que no vuelva a ocurrir”.
Jorge Gaviño destacó que el congreso local aprobó de manera unánime, recursos por 38 mil millones de pesos para modernizar la línea 1, a partir de este 2021.
“Estas instalaciones se debieron haber sustituido hace 20 años, por lo menos paulatinamente irlas cambiando, no sé hizo así. Son sistema obsoletos, viejos, que definitivamente se les tiene que dar mantenimiento adecuado para evitar cualquier tipo de riesgo a los usuarios”, apuntó.
Fuente: Milenio