En la frontera de Tecún Umán al menos tres mil migrantes esperan unirse en un contingente para ingresar a México a través del río Suchiate; mientras, un sin número de autobuses salieron rumbo a Honduras desde Guatemala, luego del desalojo que hicieron las autoridades en Vado Hondo, Chiquimula.
México también reforzó la vigilancia en Chiapas y Tabasco, incluso en puntos ciegos, donde cientos militares, Guardia Nacional y agentes de migración hacen guardias para evitar el ingreso de los grupos de centroamericanos.
En Tecún Umán, Guatemala, los hondureños están dispersos por toda la ciudad; pertenecen al contingente que logró derribar el cerco militarizado de Guatemala, el pasado sábado.
El defensor de derechos humanos Luis García Villagrán dijo que el albergue de la ciudad fronteriza con México, se encuentra abarrotado de personas, incluso de una minoría de nicaragüenses y salvadoreños que forman parte del éxodo.
“Si no logran entrar en caravana van a entrar en operación hormiga, pero estamos seguros con otras organizaciones que van a entrar miles a México y van a usar los caminos más peligrosos para lograrlo”, dijo el también fundador del Centro de Dignificación Humana en Tapachula, Chiapas.
En la aduana, otros migrantes que buscan ingresar de manera regular o realizar solicitud de refugio hacen fila en el puente Rodolfo Robles que conecta con México.
Retornan al segundo contingente
Hace unas horas, militares y la Policía Nacional Civil de Guatemala nuevamente hicieron uso de toletes y gas lacrimógeno en Vado Hondo, Chiquimula, en la frontera con Honduras, para desalojar al grupo de cuatro mil personas que pasó la noche en la carretera.
Esta mañana, los migrantes ondeando una bandera blanca en señal de paz, intentaron hablar con las autoridades guatemaltecas, sin embargo, los uniformados no les permitieron el paso, por el contrario llegaron más elementos para contenerlos.
También llegaron autobuses, algunos con placas mexicanas para trasladar a los hondureños a su país. Algunos lograron esconderse en la maleza para no ser retornados. En el lugar aún se vive tensión y los uniformados han colocado más retenes para detener a los centroamericanos que lograron escapar en el desalojo.
García Villagrán, señaló que Guatemala se acaba de aventar una de las mayores represiones sociales en contra de migrantes, “merece el rechazo completo de la comunidad internacional”.
Motín en el Siglo 21
Los centroamericanos detenidos en la estación migratoria Siglo 21 de Tapachula, Chiapas, se enteraron del ‘viacrucis’ de sus connacionales y quemaron colchonetas a manera de protesta.
“Al parecer hay heridos, hemos pedido información, pero la autoridad migratoria se maneja hermética”, agregó García Villagrán.
Por: Jeny Pascacio
Fuente: El Heraldo de México