El deterioro del consumo de las familias mexicanas a causa del impacto de la pandemia en el mercado laboral fue mayor al observado en las crisis de 2009 y 1995, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De enero a noviembre de 2020, el gasto en bienes y servicios de origen nacional e importado registró una caída anual promedio de 11.5 por ciento. Es la tercera baja en todo la historia, pero la de mayor magnitud.
Turbulencia financiera
En la crisis económica de 1995, en el mismo periodo, el consumo se contrajo 4.75 por ciento, mientras en la turbulencia financiera de 2009 tuvo una disminución de 6.59 por ciento.
“La entrada histórica de remesas, el gasto asistencial y los microcréditos que se dieron no lograron compensar la recesión en 2020”, dijo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento
Económico.
A consecuencia del coronavirus, 42 por ciento de los hogares registró una reducción de sus ingresos y más de 40 por ciento de la población ocupada tuvo, en algún momento, una reducción en sus remuneraciones, según el Inegi y la encuesta Encovid-19.
“La mayor parte del consumo depende de contar con una fuente de ingreso laboral. Las remesas y el gasto público asistencial no pueden sustituir los recursos que se obtienen a través del empleo”, agregó De la Cruz.
Recuperación paulatina
Pese a que el gasto de los hogares tiene una recuperación paulatina desde junio, que se intensificó con el Buen Fin, el indicador que mide el gasto de las familias aún está en niveles de 2016. Además, en noviembre hiló 12 caídas anuales consecutivas.
Las cifras revelan una “recuperación muy lenta”, expuso el subgobernador de Banxico, Jonathan Heath, vía Twitter.
“Se espera que el consumo muestre un estancamiento en su recuperación en los primeros meses de 2021, debido a la reintroducción de medidas sanitarias”, dijo Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
Por Fernando Franco
Fuente: Heraldo de México