La variante del COVID-19, que tuvo su origen en el condado de Kent, Reino Unido, se convertiría en la cepa dominante y “va a barrer el mundo”.
La directora del programa de vigilancia genética del Reino Unido, Sharon Peacock, dijo en el podcast Newscast de la BBC que la nueva variante ha “barrido el país” y “va a barrer el mundo, con toda probabilidad”.
Peacock señaló, además, que la investigación sobre el coronavirus duraría al menos 10 años, ya que el trabajo de su equipo para secuenciar variantes necesitaría ese lapso. “Una vez que hayamos controlado el virus o que haya mutado para dejar de ser virulento, es decir, para causar enfermedades, podremos dejar de preocuparnos por él. Pero creo que, de cara al futuro, vamos a seguir haciendo esto durante años”, puntualizó.
La variante Kent ya se ha detectado en más de 50 países, de acuerdo con BBC, y su principal característica desde su origen fue su rápida transmisibilidad.
Las vacunas que se han desarrollado actualmente se diseñaron de frente a versiones anteriores del coronavirus, pero los científicos creen que aún deberían funcionar contra las mutaciones.
El 4 de febrero, Nadhim Zahawi, ministro de vacunación contra COVID-19 en Reino Unido, afirmó que existen alrededor de 4 mil variantes del virus en el mundo.
Al respecto, agregó que las fabricantes de vacunas ya se encuentran planeando ajustes a sus propuestas de inyección para que sean más efectivas ante estas variantes, según comentó a Sky News.
Reino Unido ha endurecido cada vez más sus medidas sanitarias frente a la aparición de nuevas mutaciones del COVID-19.
El secretario de Salud, Matt Hancock, describió el 9 de febrero los planes para las restricciones de cuarentena que entrarán en vigor en Inglaterra a partir del 15 de febrero.
Los pasajeros que viajen al Reino Unido se enfrentarán a medidas de cuarentena más estrictas, que incluyen estadías forzadas en hoteles, pruebas repetidas y la amenaza de multas e incluso prisión, mientras las autoridades buscan controlar la pandemia de coronavirus.
Los viajeros que lleguen de 33 países en la “lista roja” del gobierno se verán obligados a pagar mil 750 libras (dos mil 410 dólares) por persona para que los viajeros solos se aíslen en un hotel durante 10 días.
Cualquiera que sea sorprendido mintiendo en los formularios de pasajeros y tratando de ocultar que ha estado en un país en la lista roja en los 10 días antes de su llegada al Reino Unido, enfrentará una sentencia de prisión de hasta 10 años.
Fuente: El Financiero