La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró sus proyecciones económicas para México en 2021, de un crecimiento estimado en noviembre pasado de 3.6 por ciento, a otro de 4.5 por ciento; sin embargo, para 2022 redujo sus previsiones, de 3.4 a 3 por ciento.
De acuerdo con las Perspectivas Económicas, las previsiones mundiales han mejorado notablemente en los últimos meses, apoyadas por el despliegue de vacunas contra el covid-19 anuncios de apoyo fiscal adicional en algunos países y señales de que las economías están afrontando mejor las medidas para reprimir el coronavirus.
Específicamente, apuntó la OCDE, se espera que los estímulos fiscales en Estados Unidos den un impulso significativo a la actividad económica de ese país, pero también que estimulen la demanda hacia otras economías, especialmente Canadá y México.
Esto, aunado, a una vacunación más rápida, podría impulsar el crecimiento económico de Estados Unidos, con efectos secundarios hacia sus socios comerciales, como México.
Perspectivas mundiales
Para la economía mundial, la OCDE estima para 2021 un crecimiento de 5.6 por ciento, que representa un aumento de 1.4 puntos porcentuales con respecto a las proyecciones hechas en noviembre pasado; para 2022, prevé un crecimiento de 4 por ciento.
Sin embargo, apuntó, a pesar de la mejoría de las perspectivas mundiales, la producción y los ingresos en muchos países permanecerán por debajo del nivel pre pandemia hacia finales de 2022.
En este sentido, indicó que hay señales divergentes entre países y sectores, pues las medidas de confinamiento por la pandemia del covid-19 frenarán el crecimiento en algunos países y sectores de servicios a corto plazo, mientras que otros se beneficiarán de políticas de salud pública eficaces, un despliegue de vacunas más rápido y una política sólida apoyo.
Riesgos
En este contexto, el organismo internacional considera que sigue habiendo riesgos considerables. Un avance lento el lanzamiento de vacunas y la aparición de nuevas mutaciones de virus resistentes a las vacunas existentes darían como resultado una recuperación más débil, mayores pérdidas de puestos de trabajo y más fracasos comerciales.
Además, añadió, han comenzado a surgir presiones de costos en los mercados de productos básicos, debido al resurgimiento de la demanda y perturbaciones temporales de la oferta.
Acciones
Por tanto, indicó la OCDE, la principal prioridad de la política es garantizar que todos los recursos necesarios se utilicen para producir y desplegar por completo vacunas lo más rápido posible en todo el mundo, para salvar vidas, preservar los ingresos y limitar el impacto adverso de las medidas de contención sobre el bienestar.
Además, el apoyo a la política fiscal debe depender del estado de la economía y el ritmo de vacunas, con nuevas medidas de política implementadas de manera rápida y completa si es necesario y un prematuro endurecimiento de la política fiscal debe evitarse.
Asimismo, se debe mantener la actual orientación de política monetaria muy acomodaticia y permitir un aumento temporal de la inflación general siempre que las presiones de precios subyacentes se mantengan bien contenidas, con políticas macroprudenciales implementadas donde sea necesario para garantizar la estabilidad financiera.
La OCDE refirió que se justifica el apoyo continuo a los ingresos para los hogares y las empresas hasta que la vacunación permita un alivio significativo de las restricciones en las actividades presenciales, pero debe reorientarse para apoyar a las personas y ayudar a las empresas con subvenciones y capital social en lugar de deuda.
Agregó que se requieren reformas estructurales reforzadas en todos los países para generar oportunidades, mejorar el dinamismo de la economía y promover una recuperación sólida, sostenible e inclusiva.
Fuente: Milenio