Tuvieron todo el año para comprar pescados y mariscos pero el Viernes Santo de pandemia, miles de capitalinos acudieron al mercado de la Nueva Viga, a adquirirlo.
Con sus bolsas y cubetas, que sirvieron para sentarse, formaron largas filas a la espera de ingresar por tres accesos que habilitaron en el centro de abastos de productos del mar.
Acalorados e impacientes, esperaron hasta hora y media, para ingresar a la Nueva Viga, la gran mayoría sin respetar la sana distancia, algunos sin cubrebocas, el cual tuvieron que comprar con los vendedores ambulantes que aprovecharon el momento para venderlos “de a 10” cada uno.
Al interior del mercado la escena se repitió en espacios más cerrados, algunos acompañados con dos y hasta 4 familiares o amigos, a diferencia de lo que pidió la autoridad, por lo que la gente se aglomeró en los corredores de las diferentes naves para adquirir el ansiado producto.
“Es demasiado peligroso para la enfermedad, y a la mejor caigo en una omisión pero creo que no deberíamos de venir”, comentó Verónica Rodríguez, quien tan sólo acudió a comprar dos kilos de mojarra.
Fuente: El Heraldo de México