En un hecho sin precedentes, se está logrando que el gobernador de Tamaulipas sea no solo desaforado con todas las de la ley, sino sometido a un proceso judicial que lo lleve a la cárcel. Francisco Javier García Cabeza de Vaca, panista de corazón, deberá rendir cuentas a la justicia por delitos que también están siendo investigados por la justicia estadounidense. En términos llanos, Cabeza de Vaca que llegó a liderar a gobernadores azules, ya no es cabeza de nada.
En fuga, como cualquier delincuente, se le cataloga como sustraído de la justicia, circunstancia que se resisten a asumir sus correligionarios en el Congreso de Tamaulipas, quienes no pueden demostrar que tienen razón jurídica al rechazar la decisión de la cámara baja, de quitarle el fuero.
Incluso, se atreven a amenazar al juez de distrito, responsable de haber girado la orden de aprehensión, luego que la Corte dejara a su causa un ápice de esperanza mediante una resolución ambigua. Según expertos, el inculpado sí amerita prisión preventiva luego que la Fiscalía General de la República pidiera orden de detención y un juez se la concediera.
Sus defensores, de la Alianza contra México, tratan de confundir sobre quién de verdad tiene competencia para decidir sobre el fuero. Lo ha dicho muy claro el senador Martí Batres: “Ningún funcionario tiene dos fueros (local y federal) sino uno sólo. Que lo retire la instancia Federal, en el caso de servidores públicos locales, tiene que ver con el delito que se imputa (federal). Al retirar el fuero, la Cámara de Diputados, el gobernador no conserva otro fuero”.
Todavía conciliador, Ricardo Monreal, líder del Senado, trata de lograr un acuerdo político para solucionar la crisis constitucional que detonaron los diputados de Tamaulipas. Propone que Cabeza de Vaca pida una licencia que permita el nombramiento de un gobernador provisional para que, éste a su vez, convoque a elecciones extraordinarias. Y para que Tamaulipas no se vea lastimado en sus estructuras político-administrativas, si es que el Senado acuerda, en última instancia, la desaparición de poderes.
En este juego de ajedrez participan, por un lado, la vieja nomenclatura política que defiende a un personaje que arrastra voluminoso expediente judicial donde aparecen delitos que van desde lavado de dinero hasta delincuencia organizada.
Por el otro, la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y el Congreso de la Unión, poderes que han sido retados por el panismo en pleno, argumentando supuesta violación a la soberanía del estado y al pacto federal.
Muy pronto se iba a revelar que la justicia estadounidense también lo reclama, por lo que el gobierno mexicano no podía ser omiso o cómplice ante este requerimiento, como ha sucedido cuando gobernaban los que hoy desean retomar el control del presupuesto, vía la Cámara de Diputados.
No lo van a lograr pues las preferencias electorales, a nivel nacional, tienen números que les enfrían los ánimos: 44 % del partido de ya saben quién; los que se dicen de centro, 19; la derecha recalcitrante, 18; los dizque animalistas y naranjeros con 5; mientras, el que se reclama obradorista y el sol menguante con el 3 por ciento. Con sus aliados la actual mayoría sumaría, en cálculos optimistas, 320 escaños, aunque les faltarían 13 para controlar las dos terceras partes (la mayoría calificada) y con ello tener capacidad de enmendar la Constitución.
Números parecidos, se aprecian en el territorio oaxaqueño. En el municipio de la Verde Antequera, el universitario avanza con diez pasos adelante contra el que ya ha gobernado, pero con la aparición del factor género que, aunque muy lejos, salva el honor de este sector que también vota.
A pesar de la desmedida propaganda y la guerra de lodo, hay actitudes desesperadas de los mismos por ganar la contienda al costo que sea, que pueden desbordarse en horas previas al domingo seis, que es cuando en teoría arrecia el operativo compra-votos que esperemos sea observado y castigado enérgicamente por las autoridades electorales. Si se cumplen los pronósticos, muy pronto ya no serán cabeza de vaca, sino cola de buey.
@ernestoreyes14