El Bosque de la Reina María Antonieta en el Palacio de Versalles fue restaurado y recuperó su aspecto original de 1776, luego de 10 años desde que planteó el proyecto en memoria de la monarca que fue esposa de Luis XVI que mandó construir el lugar para pasear sin ser importunada.
Más de seis mil arbustos con flores, 600 árboles, 38 especies de rosales y 148 árboles de tulipanes procedentes del Virginia, componen las piezas con las que se reprodujo esa arboleda en su misma localización: las dos hectáreas que hay bajo el jardín de los Naranjos de Versalles.
“Este proceso de restauración requirió ocho años de documentación para saber cómo era el jardín original y dos años de reformas para aplicar los cambios necesarios”, explicó la conservadora del Palacio de Versalles, Veronique Ciampini.
“Las especies plantadas han ido cambiando con los años, pero conservamos los planos de la época, que nos dicen cuál era la disposición de la vegetación, y las notas de los jardineros, que apuntaron siempre qué se plantaba”, puntualizó sobre cómo supieron qué plantas existían en el lugar en 1776.
Algunas de las plantas sembradas en el siglo XVIII han permanecido hasta hoy, otras tuvieron que ser replantadas y “otras son especies que ya no existen o que no sobrevivirían al clima actual, y por eso hemos sembrado algunas flores modernas siguiendo el espíritu que quiso darle María Antonieta”, detalló Ciampini.
La reina más conocida de Francia (1755-1793), nacida en Austria y que accedió al trono francés al casarse con Luis XVI en 1770, sentía un gran aprecio por Versalles.
En 1774 se decretó una replantación de todos los terrenos de la residencia real y María Antonieta aprovechó para pedir al arquitecto Michel-Barthélemy Hazon que construyera un bosque para su uso privado donde hasta entonces había estado el Laberinto de Versalles.
Gracias a las obras realizadas, la estructura del bosque también volvió a ser la misma que en su origen: un rectángulo delimitado por arbustos frondosos que lo separan del resto del jardín y dividido por cuatro avenidas diagonales en forma de carriles anchos que desembocan en una explanada central.
Plantas, flores y árboles de todo el mundo
En ella se encuentran los 148 árboles de tulipán, unos árboles que pueden llegar a los 40 metros de altura y vivir hasta 500 años. “Hay pocos árboles con flor tan espectaculares”, aseguró la conservadora sobre esa especie que ya figuraba en el jardín original y que ahora es la insignia de esta restauración.
Según Ciampini, la gran diferencia que presenta esta estancia respecto al conjunto de Versalles es el color: “Lo llenamos de colores que le gustaban a María Antonieta, como el rosa y el blanco. Ella los puso porque quería seguir la moda de la época de hacer jardines paisajísticos“.
La combinación entre lo viejo y lo nuevo también se da entre las rosas: algunas ya las contempló María Antonieta, como la Cuisse de Nymphe, y otras como la Folie de Bagatelle y la Damas fueron añadidas.
Sus huertos muestran igualmente, tanto antaño como hoy, un registro botánico internacional: “Hay cerezos de Japón, árboles de Judea. Quisimos que sirva como un viaje alrededor del mundo“.
Antes de ejecutar esos trabajos se hizo una exploración arqueológica para salvar y conservar los pocos vestigios que quedaban del jardín que hubo allí antes del Bosque de la Reina: el Laberinto de Versalles, que contenía 39 estatuas que representaban fábulas de Esopo.
Restauración fidedigna
Ciampini está convencida de que la restauración sería aprobada por la reina decapitada: “Le gustaría porque vería lo que ella quiso crear, una sucesión de salas que sorprenden y que provocan sensaciones”.
El Palacio de Versalles no ha dado a conocer el presupuesto invertido, pero señaló que fue posible gracias a las aportaciones de patrocinadores como la Sociedad de Amigos de Versalles o la Fundación Cultural Franco-Estadounidense.
La presidenta del Palacio, Catherine Pégard, precisó que, después de una década, el Bosque de la Reina reabrirá sus puertas el 11 de junio a los visitantes de Versalles, cuyo complejo recibe de nuevo al público desde el 19 de mayo, fecha en la que las instituciones culturales se sumaron al progresivo desconfinamiento del país.
Fuente: Latinus.us