Luego de perderlo todo, hasta la sonrisa, en el PRI de Insurgentes Norte en la Ciudad de México deberían alistar relevo del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor.
Pero solo un priista, el de siempre, el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz es el que lo pide, no tiene la fuerza suficiente para lograr eco entre los “dinosaurios” del tricolor. Lo tiran a loco.
Perdieron ocho gubernaturas al hilo: Colima, Tlaxcala, Zacatecas, San Luis Potosí, Sonora, Guerrero y Sinaloa; está en suspenso Campeche, el estado natal de Alito Moreno Cárdenas, que también la habría perdido, por tanto, debería alistar su maleta para mudarse a San Lázaro, atrás deja un partido en el fondo del precipicio, descalabrado, agonizante.
Alito se consuela argumentando que el objetivo era quitarle la mayoría calificada al presidente Andrés Manuel López Obrador en San Lázaro, una justificación que podría venirse abajo, luego de las declaraciones de AMLO quien lanzó desde su púlpito en “La mañanera” que no descarta un “acuerdo” con el PRI, justamente, para lograr mayoría calificada.
AMLO ya le aventó el lazo al PRI.
En conferencia de prensa, el PRI rechazó la propuesta, sin embargo, nadie les cree, incluso en redes sociales le llovieron las advertencias a Moreno Cárdenas, de que no se le olvide que el país no está en venta ni es objeto de negociación y que el poder de sacarlos lo tiene el pueblo de México.
Le dieron duro.
Hasta le escribieron que el presidente López Obrador tiene un arma muy poderosa para “convencerlos”, la Unidad de Inteligencia Financiera, una velada advertencia, por supuesto por todo lo que dejó en Campeche, donde la virtual ganadora Layda Sansores es capaz de meterlo a la cárcel.
Y es que sí es verdad, el gran perdedor de esta contienda electoral es el tricolor y Alito Moreno, que solo ganó 11 espacios de mayoría en San Lázaro, esa si es una vergüenza. Pero ya dijo que no se va, que seguirá al frente del tricolor. Pobre PRI. No tiene futuro.
¿Qué sigue para el PRI?
Lo hemos dicho muchas veces, renovarse o morir, pero en estos tiempos actuales lo que más necesitan es que llegue el relevo generacional, sangre nueva, no más “dinosaurios”, los que llevan toda una vida pegados a los cargos de elección popular por la vía plurinominal, terminan un periodo y entran en el siguiente, uno sí y uno no, así se han ido rolando, sin darles la oportunidad a los jóvenes, so pretexto de faltos de experiencia.
¡Ya deben jubilarse!
Y no hablamos de los jóvenes juniors, no, sino de los que traen una militancia, de los que empezaron sonando maracas, formados en el caminar, en el día a día, que han sudado la gota gorda y se ponen la camiseta, no de los que vienen de la élite, de esos no, porque a la larga terminan igual o peor que sus padres, hablamos de ese relevo generacional que vienen de las bases y ningún partido lo está haciendo.
También deben desterrar los cacicazgos, las imposiciones, todo eso que le ha hecho tanto daño a ese partido, aunque recobrarlo, si de verdad quieren trabajar para ello, les costará varios años todavía, no será sencillo, pero pueden empezar desde ya, jubilando a los viejos dinos.
Ahora volteemos a ver Oaxaca.
Quien debería definir de una vez por todas su militancia, es el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, y no lo dice esta columnista, a nivel nacional los comentarios de la prensa son que el más morenista, aunque sin afiliación, es precisamente el gobernante oaxaqueño, ha sido el mejor aliado de López Obrador.
Y no importa que lo fuera, pero que también ayudara a su partido, al PRI, en los hechos no hizo nada para fortalecerlo, al contrario, en estos cinco años pareciera que se le olvidó que en Santa Rosa Panzacola había un tricolor moribundo que requería oxígeno.
Aquí sí se alista la entrega de la gubernatura al Movimiento de Regeneración Nacional, -pactada- por supuesto, donde en esta contienda electoral intermedia no metió las manos el Gobernador, al contrario, todo a modo, impusieron candidatos “dinos”, a otros los mandaron sin lana y les dieron una paliza, que todavía no se la acaban.
Miren ustedes, por ejemplo, una candidata “dino”, Sofía Castro Ríos en el distrito de Salina Cruz, donde perdió frente al morenista Carol Antonio Altamirano que obtuvo el 67.25% de la votación y la priista apenas alcanzó 21.06% de los sufragios, una diferencia abismal de 46.19%. Pero contra todas las inconformidades que su postulación generó, la impusieron y ahí está la respuesta de la gente.
Otro “dino, Cándido Coheto Martínez apenas logró el 24.99% de la votación frente al 61.45% de su contrincante de Morena, que le sacó una diferencia de 36.46%, nada que hacer ahí, caray.
Hay una más, aunque aquí se reconoce que contrario a lo que se esperaba, un descalabro brutal, creció en su campaña, hablamos de Carmelita Ricárdez Vela, del distrito 10 con cabecera en Miahuatlán de Porfirio Díaz, quien obtuvo el 31.63% de la votación, frente al morenista Daniel Gutiérrez Gutiérrez con 40.22%, una diferencia del 8.59%.
Un factor que le ayudó a Ricárdez Vela, aunque ya entró bastante tarde a apoyarla, fue cuando la priista se contagió de covid y tuvo que aislarse, es la costeña Raquel Alberto, quien caminó muchos municipios con un discurso fuerte, llegador, hablándole a la gente con la verdad, con propuestas y la diferencia en porcentaje no fue tan grande. Chequen los resultados.
José Antonio Hernández Fraguas, es otro priista de la vieja guardia que fue bateado con una diferencia del 22.02%, alcanzó una votación del 30.51% contra el 52.53% de Benjamín Robles Montoya, increíble con este personaje acomodaticio.
En San Juan Bautista Tuxtepec, aunque este no es dino, pero tiene pésimo historial, Antonio Amaro Cancino que alcanzó el 30.76% frente al morenista Ángel Domínguez con el 53.35%, una diferencia de 22.59%. También fue una imposición.
También hay que reconocer que la marca Morena y el personaje más importante de este país, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue el principal factor que hizo ganar a las y los morenistas, contra eso en Oaxaca no hay nada que hacer y si a ello le suman las malas decisiones en las candidaturas del PRI y un gobernador “priista” ausente que los ayudara, pues salieron apaleados. Los mandaron al precipicio.
Por ejemplo, Alejandro Avilés Álvarez tampoco apoyó a sus candidatos, como Lety Cruz en Santa Lucía del Camino, la dejaron sola, muy tarde se dio cuenta la candidata que su “padrino político” la dejó a su suerte y lo peor es que quedó endeudada.
Pero en cambio sí respaldó a la candidata del Partido Encuentro Social (PES), Lizeth Zárate, con quien hay una estrecha relación empresarial. Habría que checar con quiénes jugó AAA realmente.
Pero AAA será nuevamente diputado local y no duden que siga en la coordinación parlamentaria priista, porque le sirve al gobernador para sacar la transición “pactada” gubernamental.
Ahora viene el 2022. A ver quiénes asoman la cabeza y alzan la mano para ser candidatos o candidatas a la gubernatura de Oaxaca por el PRI, ya saben a la maquinaria que se van a enfrentar, sin lana y sin gobernador priista, el estado será territorio guinda.
Ya lo verán.
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