La empresa distribuidora Gas Bienestar, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no solo va a tener que competir con las cinco grandes firmas privadas que controlan 50 por ciento del mercado nacional de gas licuado de petróleo (LP), sino también con la vorágine en que se ha convertido el huachigás.
En lo que va de esta administración, los huachicoleros han encontrado una fuente de riqueza que les deja ganancias por mil 400 millones de dólares anuales: la extracción de gas LP de ductos de Pemex.
Como nunca desde que se empezaron a registrar oficialmente tomas clandestinas en 2011, con apenas 46, entre 2019 y mayo de este 2021 promedian mil 476 por año, un crecimiento de 3 mil 108 %.
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La actividad criminal en gasoductos para extraer el combustible empleado por siete de cada 10 hogares en México -conocido como huachigás- ha tenido un importante repunte en el número de perforaciones ilegales a partir de 2019, al pasar de 215, un año antes, a mil 305.
Para 2020, de acuerdo con información del Sistema Institucional de Control de Asuntos Jurídicos de Pemex, las tomas clandestinas de gas LP sumaban 2 mil 55, mientras que para el periodo enero-mayo de este año fueron mil 69. Con la tendencia que llevan, 2021 podría cerrar por encima de las 2 mil 566 perforaciones.
La información que se encuentra registrada en los Sistemas Jurídicos Institucionales, así como estimaciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas), muestran que, actualmente, uno de cada 10 litros de gas LP que se comercializan en el país es robado de los ductos de Petróleos Mexicanos o de las refinerías que opera la petrolera, lo que representa un mercado negro cercano a mil 400 millones de dólares anuales.
Pemex Logística, encargada del transporte de este carburante, precisó en información entregada vía transparencia que los datos sobre el número de tomas clandestinas de gas LP entre 2011 y mayo de 2021 “es responsabilidad exclusiva en el registro de la información de los abogados a quienes se les asignan los asuntos”.
No obstante, el problema es tan grave que las empresas dedicadas a la distribución domiciliaria del hidrocarburo “tienen otros datos”.
“En 2018 hubo 12 mil 581 tomas clandestinas; en 2019, 13 mil 136; y para 2020 subieron a más de 23 mil”, de acuerdo con cifras de la Amexgas.
La información de esta asociación sitúa al huachigás incluso por arriba de las tomas clandestinas de gasolinas y diesel, sobre todo en 2020, cuando Pemex reportó 11 mil 22 perforaciones ilegales para extraer petrolíferos y la Amexgas indicó que los gasoductos habían sido ordeñados 23 mil veces el mismo año.
Fuente: El Siglo de Torreón